Pedí ventana. Quería ver el cruce del río A y el río N llegando a M, donde mi vuelo hacia escala. Durante todo el vuelo tuve un solo pasajero cerca mío, que se sentó en la silla cerca al pasillo. Después de la escala en M, no hubo pasajero cerca. Mi mp3 se había dañado. No pude escuchar música durante todo el vuelo. Para pasar el tiempo, terminé de leer el último periódico que había comprado. Leí:
UM JORNAL A SERVIÇO DO BRASIL *** WWW.FOLHA .COM.BR FOLHA DE S. PAULO DIRECTOR DE REDAÇÃO: OTAVIO FRIAS FILHO QUINTA-FEIRA, 24 DE MAIO DE 2007 EDIÇÃO SÃO PAULO, CONCLUÍDA Á OH04 * R$2,50
Brasileiro gasta 146 dias para pagar tributo
Contribuintes têm que trabalhar até sábado, dia 26, apenas para cumprir as obrigações fiscais com os três níveis de governo
MARCOS CÉZARI
DA REPORTAGEM LOCAL
Carga tributária deste ano requer um dia mais do que em 2006, segundo estudo do IBPT; classe média é a mais exigida, com 156 dias
Os brasileiros terão de trabalhar até sábado, dia 26 deste mês, somente para o pagamento de tributos neste ano aos governos federal, estaduais e municipais. Desde 1 de janeiro, em média serão 146 dias de trabalho – um dia mais do que o tempo gasto em 2006.
A carga tributária no ano será de 40,01 % sobre a renda desses trabalhadores. Por tipo de tributo, a carga fiscal é dividida em 14,72% sobre a renda, 22,54% sobre o consumo e 2,92% sobre o patrimônio.
Os cálculos são de estudo sobre os dias trabalhados para pagar tributo, divulgado ontem pelo IBPT (Instituto Brasileiro de Planejamento Tributário), entidade que reúne profissionais que se dedicam a estudos tributários de natureza institucional, setorial e empresarial.
Segundo o IBPT, a cada ano os brasileiros têm destinado a maior parte da renda para cumprir seus compromissos tributários como o Estado. Prova disso é que, em 2003, 36,98% do rendimento bruto era destinado àquela finalidade. Um ano depois, já eram 37,81%, índice que subiu para 38,35% em 2005 e para 39,72% em 2006.
O IBPT também calculou o tempo de trabalho por faixa de renda. O estudo mostra que a classe média – renda entre R$ 3.000 e R$ 10 mil – é a que mais trabalha para satisfazer as exigências tributárias dos três níveis de governo. Esses contribuintes ainda terão de trabalhar até 5 de junho – ou seja, 156 dias – para pagar impostos e contribuições. A carga anual será de 42,70% (19,17% sobre a renda, 20,51% sobre o consumo e 3,02% sobre o patrimônio).
Segundo o estudo, os principais tributos sobre o salário são o Imposto de Renda, a contribuição à Previdência Social e as contribuições sindicais. No hora de consumir, o contribuinte terá que pagar ICMS (estadual), ISS (municipal) , IPI, PIS, Confins e CPMF (federais). Se tiver imóvel (casa, apartamento ou terreno) e carro terá que pagar IPTU, IPVA, Cide, ITCMD, ITBI e ITR. Além desses tributos, arca com o pagamento de taxas de limpeza e iluminação pública, coleta de lixo, emissão de documentos e outros.
A classe alta – para o IBPT, os que têm renda média mensal superior a R$ 10 mil – vem em segundo lugar no ranking dos que mais trabalham para pagar tributos. São 152 dias por ano, até 1 de junho. Esses trabalhadores têm carga fiscal de 41,73%, sendo 21,13% sobre a renda, 16,82% sobre o consumo e 3,78% sobre o patrimônio.
A classe baixa – na definição do estudo, os que têm renda média mensal até R$ 3.000 – é a que menos tem de trabalhar para cumprir seus compromissos fiscais. Ainda assim, são necessários 141 dias para satisfazer a voracidade fiscal – período já cumprido na segunda-feira, dia 21 deste mês. Os 38,75% de carga fiscal anual são divididos em 12,93% sobre a renda, 22,97% sobre o consumo e 2,85% sobre o patrimônio.
O dobro dos anos 70 e 80
A voracidade dos fiscos brasileiros é tão grande que hoje é preciso trabalhar o dobro que se trabalhava nas décadas de 70 e 80 para pagar todos os tributos (ver quadro). Nos anos 70, a média anual estava em 76 dias, segundo o estudo. Nos anos 80 quase não houve mudança – eram 77 dias. Desde 1999, em todos os anos os brasileiros tiveram de trabalhar mais para pagar tributos.
Segundo o IBPT, dois paises europeus (Suécia, 185 dias, e França, 149 dias) exigem que seus contribuintes trabalhem mais dias por ano do que o brasileiro para o pagamento de tributos. Mas com uma diferença: o cidadão tem a contrapartida do que paga, uma vez que o Estado oferece serviços de qualidade e não cobra por eles.
Em outros paises os contribuintes trabalham menos tempo para ficar em dia com o fisco. Os espanhóis precisam trabalhar 137 dias; os norte-americanos, 102 dias; os argentinos, 97 dias; os chilenos, 92 dias; e os mexicanos, apenas 91 dias.
En eso se me fue un buen tiempo. Después, trate de dormir pero no pude. Después, dieron algo de merienda. Cuando termine de leer el periódico, continué leyendo un libro que habia empezado a leer en B. Luche mucho para concentrarme, pero perdía el ritmo de la lectura con facilidad, al cabo que terminaba dormitando. Después de unas 4h de vuelo, aterrizamos en M. Pude ver solamente la inmensidad del río A pero no pude ver mas. Después de la escala (Casi todos los pasajeros iban para M. En el avión quedamos algo así como unos 20 pasajeros que iban para B. Al rato de haber despegado de M (Faltaban 3h30 para llegar a B) iniciaron sirviendo la comida. Cuando estaban preparándola, hubo amenaza de turbulencia, así que todos nos quedamos muy quietos en nuestros asientos. Demora en la comida. Pasada la turbulencia, llego la comida. Comí de buena gana (ya no recuerdo cual era el menú) y me tomé unas buenas copas de vino. De hecho, cuando me estaban sirviendo la primera copa, la botella se acabo. Me dijeron que esperara un momento mientras buscaba otra botella, pero cuando estaban es eso, de nuevo turbulencias y todos a sus asientos. Cuando paso la turbulencia, me trajeron el vino, pero esta vez, me sirvieron un buen vaso. Cuando termine de tomarme los dos buenos vasos de vino, esta un poco embriagado, así que me dedique a dormitar, lo que hice por un buen momento, mientras recordaba los buenos momentos que había pasado en mi paseo. Cuando me incorporé, ya estábamos sobrevolando C. Faltaba mas de una hora para aterrizar. En eso pasaron las azafatas dando un papelito, en donde se debía declarar, para la Dirección de Impuesto de C, todas las cositas que llevaba y otras preguntas sobre lo que me había gastado en el viaje. No me gusto para nada que me preguntaran eso. Hice al un lado el papelito y al rato lo llene. Ya no me acuerdo que respondí. Cuando el piloto anunció que estábamos pronto para aterrizar en B, me dedique a ver, en la oscuridad, las lucecitas que se veían por mi ventana. Fue divertido: Alcanzaba a ver los carros, las motos andar por los arrevesados caminos y por las amarillas calles de las ciudades. Muchos pueblos y ciudades, conectados. Ahora si, en breve, estaré aterrizando en B. Llegando, cogí mi equipaje de mano e inicié el descenso a desconocidísimo Aeropuerto de B, al que tantas veces he ido, pero solo a acompañar a un conocido irse. No conocía el arribo internacional. No me gustó. Pequeño y atropellado. A esa hora, mucha gente andaba llegando. Con un poco de confusión, busque mi maleta y me fui a entregar el papelito con la información sobre lo que traje. No me requisaron. Después me entere que molestan más a los pasajeros que vienen de P. No entiendo la paranoia que tienen en este país con las posibles mercancías de contrabando que puedan venir de P. Paranoia, que se convierte en molestias para los cansados pasajeros. Total, en cinco minutos estuve afuera, tratando de encontrar dentro de todos los que esperaban, alguien conocido. En un primer vistazo, no vi a nadie. Ya estaba pensando en llamar, en buscar una moneda que me sirviera, monedas que no tenía a disposición desde hace tres meses, en buscar el número de mi padre, el cual no lo tenía a la mano. Pensando en eso, me encontré con Y. Una cara conocida. Mi padre venia en camino. Con Y, fuimos a tomarnos un café mientras esperamos. De nuevo en casa, de nuevo en un lugar conocido, de nuevo un lengua familiar, de nuevo… Llegó mi padre y H: Para la casa. Pero antes: ¡Los taxis son amarillos!