Esta entrada ya ha tomado un año. Solía reseñar las novelas que leía en cada receso del trabajo, pero por diferentes razones (algunas muy simples y otras un tanto rebuscadas) no había reseñado las novelas de los dos últimos periodos de receso laboral. Ahora, para no perder la costumbre y en vísperas de un nuevo periodo de receso, me dispongo a reseñar esas novelas que me acompañaron (algunas no) en los periodos de descanso. Aquí va el listado:
1. Paolo Giordano. La soledad de los números primos ::: Había comprado y leído esta novela hace unos años. Las referencias iniciales me llegaron de un blog literario que sigo. En él, comentaban mucho esta novela y especialmente, hablaban sobre el autor, pues era su opera prima y el man no era escritor de formación. Ese primer libro, se me perdió (misteriosamente. Sigo pensando que fue un duende, el duende de los libros). El año pasado, una amiga de FB comentó algo sobre “la soledad de los números primos” y de una recordé este libro. Ahí me enteré que habían hecho una película del libro. Pues nada, vi la película y me compré de nuevo el libro (en una edición de bolsillo). Desde que empecé a leer sobre este libro, siempre me atrajo el título. Es uno de los títulos de una novela que más gustan, pues para mí, dejan ver el poder de las palabras para crear pensamiento e imaginación. Y como escribía mi amiga de FB, la historia da mucho para pensar sobre la infancia y como eso se refleja el resto de nuestras vidas. Es que, muchas de las cosas que hemos vivido, son las que configuran nuestro carácter y se entretejen con lo que han vivido otros, para formar esos maravillosos encuentros y desencuentros que uno tienen en la vida. No sé si todo es igual, pero esta historia, es una historia que sólo se puede ver desde la particularidad de los números primos, siempre cerca, nunca juntos.
- – Es lo único que se hacer -contestó con voz queda. Deseó decirle que también le gustaba porque era algo que podía hacer solo, porque lo que uno estudia son cosas sabidas, muertas, frías; porque las páginas de los libros de clase tienen todas la misma temperatura, lo dejan elegir a uno, nunca hacen daño ni uno puede hacerles daño a ellas… Pero se abstuvo. (88).
- Los números primos sólo son exactamente divisibles por 1 y por sí mismos. Ocupan su sitio en la infinita seria de números naturales y están, como todos los demás, emparedados entre otros dos números, aunque ellos más separados entre sí. Son números solitarios, sospechosos,… (123),
- … tomar las primeras fotos al tuntún, encuadrar, enfocar, inclinarse adelante o atrás, incluir o excluir a su antojo partes de la realidad, ampliar, deformar las imágenes… (130).
- La gente no perdía el tiempo, se aferraba a unas pocas casualidades y fundaba en ellas su existencia. (274).
- Sí, lo había aprendido. Las decisiones se toman en unos segundos y se pagan el resto de la vida. (274).
Giordano, Paolo. (2012). La soledad de los números primos. Barcelona: Ediciones Salamandra.
2. Paolo Giordano. El cuerpo humano ::: Y justo cuando estaba releyendo La soledad de los números primos apareció la traducción de esta novela de Giordano. Y como sucedió con su opera prima, los comentarios sobre esta también fueron elogiosos. Compré el libro, lo leí y se lo regalé a una amiga. Al terminar de leer, pensaba como un cuerpo (en este caso militar) puede llevar a transformar en gran medida lo que pasa a otros cuerpos, más frágiles y más volátiles, como los cuerpos humanos. Y eso es lo que siempre pasa en todos los aspectos. Como lo que sucede en una dictadura: el cuerpo político subsume, de nuevo, el cuerpo humano. No estamos libres de ser devorados, especialmente por nuestras acciones.
Giordano, Paolo. (2013). El cuerpo humano. Barcelona: Ediciones Salamandra.
3. Stieg Larsson. Millennium ::: Esta aclamada y mundialmente famosa triología, la leí después que se calmará su éxito. En una de las tantas librerías y papelerías Panamericana, me encontré con la edición de bolsillo del primer tomo. No lo compré. Después, en otra visita, cuando ya me decidí a comprarla, pues no la pude comprar pues se había agotado. Al final, ya con las ganas de leer, me compré toda la triología en una librería virtual, e inicié la maratónica jornada de lectura, para completar las 2.317 páginas de la novela. La triología Millenniun se compone de las siguientes novelas: Los hombres que no amaban a las mujeres; La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina; y La reina en el palacio de las corrientes de aire. Es una gran historia. El tono de cada uno de los libros lleva a no parar de leer. También es una profunda reflexión sobre uno de los temas más oscuros de nuestros tiempos: la violencia contra las mujeres. Novela policíaca, de investigación, de intriga, de hackers. Así es. Y Lisbeth Salander es maravillosa.
Algunos datos que Larsson pone:
Larsson, Stieg. (2011). Los hombres que no amaban a las mujeres. Barcelona: Ediciones Destino. (Colección Booket).
Larsson, Stieg. (2011). La chica que soñaba con una cerrilla y un bidón de gasolina. Barcelona: Ediciones Destino. (Colección Booket).
Larsson, Stieg. (2011). La reina en el palacio de las corrientes de aire. Barcelona: Ediciones Destino. (Colección Booket).
4. J. M. Coetzee. Tierras de poniente ::: Este libro ha llegado por un intercambio, que con unos amigos del trabajo hemos llamado el libro secreto (al final es una versión del popular juego que se hace durante las celebraciones del mes de septiembre del amor y la amistad). El azar hizo que leyera a Coetzee. Lo había escuchado nombrar muchas veces pero nunca me llamó la atención leerlo. El amigo que lo había traído al juego, puso una dedicatoria, que hablaba sobre los nuevos lazos que se crean con los encuentros. Fue bonito, pues en esos meses andaba yo con ganas de no seguir trabajando en el trabajo que tengo ahora. Pero bueno, el encuentro con Coetzee estuvo bien. No conectamos mucho, pero las historias tuvieron mucho que contarme. Leeré de nuevo a Coetzee, a ver que onda.
- Sus ojos están separados del mundo por una pared de algo puede que sean lágrimas. Son fantasmas o ausencias de sí mismo: el sitio donde antaño estaban ya no es más que un agujero negro a través del cual han sido absorbidos. (34).
- La voz del padre no es una nueva fuente de propaganda. La tendencia de los estados totalitarios, sin embargo, consiste en identificar la voz paterna con la voz del líder, el padre del país. (39).
- No podemos conocer algo hasta que somos capaces de medirlo. (48).
Coetzee, J. M. (2009). Tierras de poniente. Barcelona: Random House Mondadori.
5. Haruki Murakami. Sauce ciego, mujer dormida ::: Desde que empecé a leer a Murakami, nunca me faltó en cada de tiempo de receso. Dejé de leerlo por dos periodos y me sorprendí extrañando leerlo. Por eso, rescaté este libro de Murakami que había comprado, había olvidado y que no había leído. Y Murakami tiene razón: sus cuentos y sus novelas son tan diferentes, tan únicas, que algunos les gustan sus cuentos y a otros las novelas (pero según él, no las dos a la veces). La verdad, es que me encantaron los cuentos. Tienen la asombrosa capacidad de dejar el suspenso de la historia en el momento justo, que la sensación de que falta algo es maravillosa. Eso es. Cada uno de los cuentos tiene el tiempo justo. Si que sí.
- -Lo que quiero decir -prosigue en voz baja; se rasca el lóbulo de la oreja; un lóbulo bien formado- es que una persona, desee lo que desee, llegue hasta donde llegue, jamás puede dejar de ser ella misma. Sólo eso. (48).
- -El corazón de las personas es como un pozo muy profundo. Nadie sabe lo que hay en el fondo. Sólo podremos imaginárnoslo mirando la forma de las cosas que, de vez en cuando suben a la superficie. (74).
- -O sea, que puesto que las palabras son como electrodos que conectan con la mente, si a través de ellas envías el mismo estímulo una y otra vez, se producirá sin falta una reacción. (192-193).
- -El futuro no lo conozco -me dijo el hombre de hielo con semblante inexpresivo. Y sacudió la cabeza despacio-. El futuro no me interesa en lo más mínimo. A decir verdad, en mí no cabe el concepto de futuro. Porque en el hielo no existe futuro. Sólo contiene el pasado, y lo contiene cerrado de una manera hermética. Dentro de él existe la totalidad de las cosas, nítidamente selladas como si estuvieran vivas. El hielo es capaz de conservar muchas cosas de esta forma. De manera limpia y clara. Ésta es la función del hielo, su esencia. (282).
- Lo que me hacía sufrir no era el aburrimiento. Lo que yo no podía soportar erra la reiteración. No sé por qué, pero empecé a verme a mi misma como una sombra repetida en esa reiteración. (286).
- Estoy consciente. Pero no puedo mover ni un dedo. Es una sensación terriblemente extraña. Me doy cuenta de que, minuto a minuto, me voy convirtiendo en pasado. No hay futuro en mí. Sólo un pasado que se va acumulando. Y entonces, de repente, todos me están contemplando, ellos están mirando el pasado. (288).
- -Como usted sabrá, el agua siempre recorre la distancia más corta al desplazarse. Sin embargo, en algunos casos, la distancia más corta es producto del agua. Los pensamientos humanos funcionan igual. (401).
Murakami, Haruki. (2011). Barcelona: Tusquets Editores.
6. José Luís Peixoto. Uma casa na escuridão ::: Estuve unos días en Portugal, presentado una ponencia que me habían aceptado en un evento. Antes de salir quise comprar una novela para leer. En el aeropuerto de Lisboa (antes de conectar con Madrid para volar a Bogotá), compré esta novela. Fue un bonito encuentro. La potencia de la narrativa de Peixoto no me deja de sorprender. Aunque la historia es una tanto melancólica (leí todo este año este libro) y en algunos momentos un tanto mórbida, atrapa y deja pensando, deja pensando. Força.
- Mas depois, o tempo. Sempre o tempo como uma brisa. Uma aragem suave, mas definitiva, a empurrar-me os sentimentos, a deixá-los lá ao fundo e a mostrar-me na distância que eram pequenos, muito pequenos e sem valor. (18).
- Dentro de cada uma das palavras, existiam mil palavras, e também cada uma dessas mil palavras tinha dentro de si mil palavras. E mesmo essas palavras que existiam dentro de outras palavras eram enormes, porque também elas tinham dentro de si mil palavras que tinham dentro de si mil palavras. (28).
- O ciúme é o ódio e o medo. (31).
- O tempo e o espaço são onde a distância. E um minuto pode ser um metro ou mil metros, e um metro pode ser um segundo, horas ou quilómetros. Quando a distância está desregulada, o tempo e o espaço transfiguram-se um no outro. O tempo, o espaço, a distância, são as pessoas dentro do tempo, do espaço e da distância. (35).
- Disse trago dentro do meu coração, como num cofre que não se pode fechar do cheio, todos os lugares onde estive, todos os portos a que cheguei, todas as paisagens que vi através das janelas. (47).
- Eu era um homem a descer a rua. Na cidade, um homem a descer a rua é ninguém. Na cidade, há muitos homens e muitas ruas, como há muitos livros nas livrarias. Muitos livros de capa branca, muitas vidas entre duas capas brancas, com un título e como o nome do autor. Muitos homens que são ninguém quando, calados, descem na rua da cidade. Muitos livros que não são nada quando estão fechados numa montra. Eu era um homen a descer uma rua. O meu romance era um livro numa montra. (96).
- Ser feliz por momentos é algo que não se deve ter vergonha. Momentos que o fim torna ridículos. A felicidade, como o amor, é um sentimento ridículo. Mas a felicidade, como o amor, só é ridícula quando vista de fora. A felicidade, como o amor, só é ridícula antes ou depois de si própria. A felicidade são momentos que, no seu presente fugaz, são mais fortes do que todas as sombras, todos os lugares frios, todos os arrependimentos. Ser feliz em palavras que, durante essa respiração breve, mudam de sentido. (101).
- O medo como un crepúsculo de nuvens. O medo incrível e impossível. O medo entre muros de medo. O medo é un segredo que só o silêncio de un rostro conhece. O medo entre muros de medo. Mulheres e homens, todos sozinhos, suspensos e imóveis num segredo único: o medo muito perto do terror. (118).
Peixoto, José Luís. (2011). Uma casa na Escuridão. Lisboa: Quetzal Editores.
7. Ray Loriga. El hombre de inventó Manhattan ::: Había querido leer algo de Ray Loriga desde que lo leí como epígrafe. No me había encontrado con nada de él, hasta que por hacerle un favor a una amiga (de buscar un libro en una librería de Bogotá (¡Gracias Beatríz!)), me encontré con este libro de Loriga. (Junto con ese, encontré uno de Jared Diamond, El tercer chimpacé, que me hizo entrar en una lectura frenética de los libros de Diamond traducidos al español, a saber: El tercer chimpancé; Por qué es divertido el sexo (que fue el primero de Diamond que leí, hace años); Armas, gérmenes y acero; El mundo hasta ayer. Sólo me falta Colapso, que ya compré pero que leeré luego). Y la verdad es que conecté bien con Loriga. Esta historia, un poco extraña y construida por pequeñas historias todas relacionadas entre sí, como para entrar en una historia, me lleva a pensar que muchas cosas solo suceden porque uno las piensa y porque, al final, se crean con uno. Y sí, conecté.
Loriga, Ray. (2009). El hombre que inventó Manhattan. Barcelona: El Aleph Editores.
8. Juan Esteban Constaín. El hombre de no fue Jueves ::: Desde hace un poco más de dos años, suelo vagabundear en librerías, mirando por ahí que es lo que me interesa. Compro libros sí, pero a un ritmo tal, que no me permite leer todo lo que compro. En la última Fiesta del Libro (andaba por Medellín visitando la exposición de William Kentrigde que estaba en el Museo de Arte Moderno) me encontré con esta novela de Constaín. Igual como muchas otras veces, he tenido referencia de los autores de oídas, y con Constaín fue así. Por ahí había escuchado algo que había escrito un libro sobre futbol, que era todo un erudito. Pero lo que más me atrajo de esta novela, fue su título. Compré la novela y la terminé leyendo casi de una sola sentada. Es una novela que cuenta una historia de verdad, pero como es escrita como novela, uno piensa que no es cierto. Pero con todo lo que dice, no hay nada mejor que creer que es cierto, y pues, todas las historias que suceden en las novelas estás sacadas de la vida real, que es verdadera. Y creo que esto es lo más interesante de esta novela, ese salto entre la ficción y la realidad y de la realidad y la ficción; y igual, una novela es ficción pero también es muy real. El asunto es que, como lo escribe Constain, después que le pasó lo que le pasó, pues no tuvo más que hacer que correr a escribir una novela. Y el resultado es, una excelente novela, que habla de intrigas, y de intrigas duras, como esas que suelen suceder en el lugar más intrigante de este planeta: el Vaticano. No puedo dejar de pensar que mucho de lo que se llama religión (y más que eso lo que se llama iglesia), están hechas por y para humanos que solo buscan resultados. No sé cual es la carrera, pero entre más, pues como que queremos más. Estar en la historia no más. Pero bueno, para eso también tenemos las novelas. Lo cierto es, que este libro es un RECOMENDADO. Al cien.
- Por eso escribió en sus memorias Casanova, recordando el viejo refrán de santo Tomás: Cuidado con aquel que no ha leído más que un libro. (17).
- No me dijo sus apellidos, así que supuse que esos eran también seudónimos; pero no me importó, todos los nombres lo son. (40).
- …, porque nada revela mejor la condición humana que el ridículo. (55).
- El precio es caro porque la verdad, aunque sea falsa, cuesta mucho. (83).
- Todos los nombres son un seudónimo, un heterónimo. (87).
- Las ascuas de la discordia no se apagan nunca, siempre hay manos y ojos y rumores dispuestos a atizarlas otra vez. (94).
- “¿Quién va a resolver ahora nuestros misterios?”, se preguntaba mirando a todos lados, mientras los manifestantes exigían con las manos arriba el regreso de su héroe. (103).
- … y la vida fue otra vez como había sido antes: un verdadera farsa. A veces es mejor creer solo en la ficción. (148).
- …, pues a veces es mejor no preguntar porque alguien responder… (153).
- La ficción es mejor que la realidad, mucho mejor, porque dice la verdad. (181).
Constaín, Juan Esteban. (2014). El hombre que no fue Jueves. Bogotá: Penguin Random House Grupo Editorial.
9. Georges Perec. Lo infraordinario ::: Nada que decir, nada que escribir. Es Perec. Cuando vuelva a París, buscaré la calle Vilin y haré mi propio recorrido. Eso.
Perec, Georges. (2008). Lo infraordinario. Madrid: Impedimenta.
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Ya. Eso era todo. Espero que esta vez no tome tanto tiempo escribir estas microreseñas, que terminan siendo sólo un recordatorio.
Vemos.