0
¿Qué es un fantasma? Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez. Un instante de dolor, quizá. Algo muerto que parece por momentos vivo aún. Un sentimiento, suspendido en el tiempo, como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en ámbar. Un fantasma, eso soy yo.
Guillermo del Toro. El espinazo de diablo. El Deseo; Tequila Gang y Anhelo Producciones. 2001.
Vi la película hace unos años y esas palabras se me quedaron, casi intactas, en mi recuerdo. He querido empezar con esta cita, pues, quiero y deseo hablar un poco de fantasmas, siguiendo y pesando un poco las palabras de Jacques Derrida. Por qué después de leer algunos apartes de los libros Espectros de Marx y Mal de Archivo, me he visto detenido, algunas veces, por ahí, sin querer hacer nada, como cuando uno se abstrae sentado en la cama recién levantado, pensando en fantasmas y en mis fantasmas, en cómo me afectan y si están en mí (trabajo).
No será mucho lo que se pueda decir, pues no es mucho lo que se puede organizar bajo la amenaza de la parálisis. Realmente, lo que me gusta reproducir, es el sonido de las teclas cuando me da por escribir, queriendo escribir, queriendo contar algo, queriendo que lo que se escriba suene elocuente, bonito. Espero no escribir desprevenido, para no caer atrapado, como cuando uno cae atrapado sin buscar, en palabras que se encontró para pasar el tiempo, para hacer tiempo. Revolveré (si puedo) y agitaré (si quiero) lo que ronda y rueda, por ahí, asediando, mirando cuando aparece, esperando el momento justo para hablar. Sólo siguiendo el rastro.
1
“…, el espíritu viene como (re)aparecido, figura a la vez como un muerto que regresa y como un fantasma cuyo esperado retorno se repite una y otra vez”. Jaques Derrida. Espectros de Marx. El estado de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional. Editorial Trotta. Madrid, 1995. Pág. 24
Sumario
Para seguir el rastro, para hacer el compendio.
Viajando [Para el viaje la experiencia más importante es viajar].
Durante un viaje me encontré con un interés de trabajo. Estuve de viaje conociendo otras ciudades, fuera de mi país (de mi territorio), fuera de lo conocido. Al confrontar mi experiencia previa (lo conocido), con eso nuevo que se abría ante mi mirada, se fue armando, de nuevo, la palabra paisaje. Como lo dice Javier Maderuelo: “Cuando se viaja de un país a otro se perciben diferencias entre los diferentes entornos. De la constatación de estas diferencias procede el término paisaje, que se perfila como el conjunto de aspectos característicos de un país que se detectan al ser comparados con los otros lugares o países”1. Conocía esta palabra como una representación de la naturaleza, de lo que se ve cuando se esta viajando. Ahora la palabra se arma con lo que me encontraba (y encuentro) en las nuevas ciudades (y viejas) que no estaba en lo que conocia. Durante el viaje, la palabra se fue armando con las impresiones que retenía en la memoría de lo que veia a diario. Las diferencias eran pocas, pues cada espacio (ciudad) esta formada bajo los mismos parametros: calles y carreras, con avenidas, puentes y parques, edificios, casas, sitios de reunión comerciales y religiosos, cementerios; con habitantes que realizan diversas actividades. La sintesis de la (esta) diferencia la concreté en el paisaje, en la palabra paisaje, en impresiones. [Impresiones como algo que deja huella, y que no se puede borrar. Cuando se imprime un libro, se crea un objeto, que permite ser consultado, guardado y preservado para un futuro]. Las impresiones se fueron guardando en la palabra paisaje.
Paisaje2
m.Extensión de terreno que se ve desde un un sitio.
m.Extensión de terreno considerada en su aspecto artístico.
m.Pintura o dibujo que representa cierta extensión de terreno.
Paisajista3 [Para el paisaje la experiencia mas importante es estar en él].
El paisaje (como medio físico) es para mí, en este momento, lo que veo cuando abro los ojos, cuando aparece ante mí todo lo que he dejado atrás cuando me dispuse a dormir. Una delimitación es mencionar que está en Colombia, en Bogotá D. C., en Chapinero, en Marly. Este paisaje se refiere precisamente al lugar de habitación. Es la ciudad, el gran territorio, es lugar de habitación (como lugar de trabajo, diversión, movilización). El habitar es estar en un espacio que da seguridad y cobijo de lo que esta fuera, de lo que puede ser desconocido (pero es un desconocido conocido. Lo desconocido de lo conocido, lo desconocido de la ciudad, solo se limita a lo que acontece con las personas, con los habitantes, sobre lo que no se puede controlar, sobre lo que no se puede ejercer control) y que ayuda a configurar un idea sobre cada uno.
El paisaje (como idea) es para mí, en este momento, todo lo que recuerdo que mis recorridos, sentimientos y emociones que he tenido y construido en el estar en un espacio físico específico. Un espacio físico específico: la ciudad. La ciudad del ciudadano, la que se recorre y se integra con cada uno y con los otros en encuentros cotidianos. En palabras de Ignacio de Loyola Brandão: “Nuestros lugares, rincones secretos, nosotros somos los que descubrimos una ciudad. Andando, dando con ellos al azar. Porque nosotros sabemos los pedazos en donde nos sentimos bien, lo que nos toca, conmueve. Puede ser una pared vacía, un muro descascado, un balcón en ruinas, una ventana entreabierta, una luz particular, un jarrón de flores, una vitrina, un objeto en un almacén, la sombra en un esquina, un poste de luz, un árbol, un banco con inscripciones, un punto, un pasaje sobre el tren elevado, un cafetería recién lavada, todavía oliendo a agua jabón…”4.
Son recuerdos, pues no se encuentran presentes. Están en un pasado que se hace presente cuando se vuelve a pensar en ellos, cuando se reactivan, cuando se vuelve a verlos5.
Ciudad6
(Del lat. Civitas, atis).
1.f. Conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa de dedica por lo común a actividades no agrícolas.
2.f. Lo urbano, en oposición a lo rural
4.Título de algunas poblaciones que gozaban de mayores preeminencias que las villas.
2
Fractura
Cuando caminaba como loco por la ciudad que no quería, pensaba obsesivamente en querer salir de ella y perderme en un lugar en donde no fuera importante lo que hacia y lo que decía. La ciudad que no quería, la de la luminosidad alucinante de un sol radiante; con personas pendientes de todo lo que pasaba; con la imposibilidad de llegar a un destino por diferentes vías; la de la rutina de un mismos lugares. Era la ciudad del olvido, la de archivos olvidados, arrumados sin control.
Camino ahora por la ciudad que me acoge, que quiero y estimo, pienso, mas bien recuerdo, por que quiero estar aquí: “A Javier le preguntaron por su deseo de ir a vivir a B. Javier respondió: Aislamiento. Sí, aislamiento. Esa era una característica que quería encontrar en una ciudad. Cada uno por su lado, cada uno sin prestar atención por el vecino, por su compañero, eso, eso, eso, eso…”7.
Olvido
El olvido es cuando no se tiene presente (en el presente) algo que ya ha pasado, algo que está en el pasado. Tengo presente las cosas con las que me encuentro a diario, las de lo cotidiano. Cuando no tengo algo a la vista, no recuerdo que lo tengo. Cuando camino, sólo recuerdo algo que recorro todos los días.8
3
Resistencia
Viviendas de interés social. Estar sometido a espacios de habitación de unos pocos metros cuadrados. Las personas que ocupan estos espacios, tratan de satisfacer una necesidad de habitación. En estas viviendas las posibilidades de construir espacio con objetos de nuestro agrado, no son muchas. Se sacrifican objetos significativos para ubicar lo necesario de lo cotidiano.
4
Fantasma
En la ciudad he encontrado un fantasma9. La ciudad volvió a mí como un fantasma. ¿Por qué fantasma? Por el recuerdo, por el presente. Porque nunca se sale del espacio, de un espacio. Por que como los sistemas naturales, siempre se está en desequilibrio. Por que el equilibrio sólo se encuentra en la muerte.
Pensaba en paisaje y la ciudad re-aparece. Ha vuelto y ha re-aparecido con sentimientos y emociones guardadas. Como leyes de resistencia, leyes de casa paterna.
Lo presente (presente) para mí fue lo que estaba viendo a cada momento. No fue lo que tenia y lo que habia pasado.
Actualizar [La relación con la ciudad10]
El estar presente, es estar en decisión. Una decisión es un punto fijo, un impresión que no se puede repetir. Se toma en un momento especial, único, con circunstancias especiales que se tienen alrededor. El tiempo de la decisión no se puede volver a (de)tener, por eso las decisiones no se puede volver a tomar. Siempre hay una nueva decisión. Las decisiones sólo se pueden asumirlas.
Paisajista
La ciudad es construida por los arquitectos, diseñada por los urbanistas. Es gobernada por los alcaldes y vivida por cada uno de los habitantes, de los ciudadanos. Hay muchos códigos que indican y producen el comportamiento.
Un semáforo, tres luces y una sincronía entre peatones y vehiculos. Rojo para detenerse, verde para avanzar.
El paisaje (no como naturaleza) es una trabazón de ideas, sentimientos, emociones; espacios y objetos; reglas y códigos. La importancia del paisaje, radica en que habla de un territorio especifico, de un lugar geográfico singular. Es algo que siempre esta en construcción y qu compone relaciones.
Asedio
Estoy por decisión, estoy para pensar. La ciudad ha vuelto a nacer, ha vuelto para decirme que está para hablar, para desaparecer (presente), para aparecer (nuevamente presente). Para decir.
(5)
Toc, toc11
No se sabe que se esconde detrás de una puerta. No se sabe con quién, con qué, se va a encontrar. La puerta esconde otro mundo, otro momento de percepción. Cuando se cruza una puerta se pierde el misterio. Antes de cruzar una puerta, se tiene la certeza que todo es conocido, cognoscible, que hay continuidad en lo que se percibe.
_____________________________________
1. MADERUELO, Javier. El paisaje. Génesis de un concepto. Abada Editores S. A. Madrid, 2005. Pág. 38
2. Diccionario de Lengua Española – Vigésima segunda edición. http://rae.es
3. “… el paisajista ha procedido…, eligiendo un punto de vista concreto, y no otro cualquiera, desde el que poder contemplar un fragmento determinado del paraje que posee unas cualidades que vienen determinadas por la forma, los colores, y las texturas de los accidentes, ha elegido un momento con unas determinadas condiciones de iluminación, según la estación del año y la hora del día, y nada de esto es casual, sino que responde a una idea particular de belleza,…” MADERUELO, Javier. El paisaje. Génesis de un concepto. Abada Editores S. A. Madrid, 2005. Pág. 288.
4. LOYOLA BRANDÃO, Ignacio de. O verde violentou o muro. Visões e alucinações alemãs. Global Editora e Distribuidora Ltda. São Paulo, 1984. Pág. 122.
5. Pero siempre están con uno. Son como las cosas que se acumulan por acumular y ocupan un lugar en el espacio (habitación). Difíciles de dejar.
6. Diccionario de Lengua Española – Vigésima segunda edición. http://rae.es
7. AYALA, Oscar. Transurbano. Escuela de Artes Plásticas, Facultad de Artes. Universidad Nacional de Colombia. 2004. Pág. 6. (Inédito).
8. El sentimiento de ciudad, después de un tiempo, se volvió costumbre, cayo en el olvido, se volvió impresión de pensamiento.
9. Es una sombra que sigue indicando un camino por el que pensar por el que se encuentra afuera. El fantasma de la ciudad es el que indica que no he olvidado que es lo que ata y que es lo que siento. Los recuerdos con los que me hice, ahora de nuevo presentes.
10. La ciudad siempre aparece, una y otra vez, como el paisaje. El paisaje es como un “espectro”, como un “(re) aparecido”, una Cosa que está una y otra vez. Es algo que tenemos que encontrarnos cada vez que tenemos que abrir los ojos, cada vez que nos encontramos ante la realidad construida por cada uno.
11. Follow the white rabbit