Archivo de la categoría: Mastermix

Empezar por el final

Empezando. Siempre pensando en el inicio. En como iniciar. En cómo lograr. Los inicios y las quejas. Quejándome, quejándose. ¿Qué hacer? Siempre en los inicios, siempre en los inicios. Viajar, viajero. Estar en el viaje, estar en el paisaje. A ver: ¿Cuál es el sentido? ¿Hay sentido? No sé que es el sentido. Queja: no se qué hacer. Siempre no se qué hacer. Nunca sabré que hacer. ¿Qué es lo que hacer? Hablar y no decir. Hablar y no pensar. Hablar y no sentir sentido. Pensar y no que querer. Horrible. Abstracto. Sin sentido. Para arriba para abajo para izquierda para derecha. Queja. Queja. Queja. Acción, acción. Hacer sin sentido, hacer sin pensar, hacer sin hacer, hacer haciendo, hacer sin perjuicio, hacer haciendo. Querer sin querer queriendo. Dardos. Sólo dardos. No poder, no poder. Queja. Queja. Queja. Queja. Por las barbas de mi abuelo. Por las plumas de mi abuelo. Desorientación. Desorientación. Solo viajar. Solo viajar. Solo estar. Estar. ¿Qué es estar? No sé. Un punto de inicio. ¿Y si empiezo por el final? Ayuda. Ayudamé. Lo que se ve. Lo que se ve. ¿Qué quiero decir? ¿Qué quiero hacer? Nada. Nada. Nada. Nada. Variación. Variación. Control. Perder el control. Empezar por el final.

Tesista

Estoy empezando a pensar, con mas detalle, lo que ira a pasar en las clases de la Mastermix. Ando pensando en cada uno de los ejercicios y en los ejes que tendrá el proceso de Tesis. Se puede decir, que sólo estoy pensando…

Escrito No. 03

0

¿Qué es un fantasma? Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez. Un instante de dolor, quizá. Algo muerto que parece por momentos vivo aún. Un sentimiento, suspendido en el tiempo, como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en ámbar. Un fantasma, eso soy yo.
Guillermo del Toro. El espinazo de diablo. El Deseo; Tequila Gang y Anhelo Producciones. 2001.

Vi la película hace unos años y esas palabras se me quedaron, casi intactas, en mi recuerdo. He querido empezar con esta cita, pues, quiero y deseo hablar un poco de fantasmas, siguiendo y pesando un poco las palabras de Jacques Derrida. Por qué después de leer algunos apartes de los libros Espectros de Marx y Mal de Archivo, me he visto detenido, algunas veces, por ahí, sin querer hacer nada, como cuando uno se abstrae sentado en la cama recién levantado, pensando en fantasmas y en mis fantasmas, en cómo me afectan y si están en mí (trabajo).

No será mucho lo que se pueda decir, pues no es mucho lo que se puede organizar bajo la amenaza de la parálisis. Realmente, lo que me gusta reproducir, es el sonido de las teclas cuando me da por escribir, queriendo escribir, queriendo contar algo, queriendo que lo que se escriba suene elocuente, bonito. Espero no escribir desprevenido, para no caer atrapado, como cuando uno cae atrapado sin buscar, en palabras que se encontró para pasar el tiempo, para hacer tiempo. Revolveré (si puedo) y agitaré (si quiero) lo que ronda y rueda, por ahí, asediando, mirando cuando aparece, esperando el momento justo para hablar. Sólo siguiendo el rastro.

1

“…, el espíritu viene como (re)aparecido, figura a la vez como un muerto que regresa y como un fantasma cuyo esperado retorno se repite una y otra vez”. Jaques Derrida. Espectros de Marx. El estado de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional. Editorial Trotta. Madrid, 1995. Pág. 24

Sumario
Para seguir el rastro, para hacer el compendio.

Viajando [Para el viaje la experiencia más importante es viajar].
Durante un viaje me encontré con un interés de trabajo. Estuve de viaje conociendo otras ciudades, fuera de mi país (de mi territorio), fuera de lo conocido. Al confrontar mi experiencia previa (lo conocido), con eso nuevo que se abría ante mi mirada, se fue armando, de nuevo, la palabra paisaje. Como lo dice Javier Maderuelo: “Cuando se viaja de un país a otro se perciben diferencias entre los diferentes entornos. De la constatación de estas diferencias procede el término paisaje, que se perfila como el conjunto de aspectos característicos de un país que se detectan al ser comparados con los otros lugares o países”1. Conocía esta palabra como una representación de la naturaleza, de lo que se ve cuando se esta viajando. Ahora la palabra se arma con lo que me encontraba (y encuentro) en las nuevas ciudades (y viejas) que no estaba en lo que conocia. Durante el viaje, la palabra se fue armando con las impresiones que retenía en la memoría de lo que veia a diario. Las diferencias eran pocas, pues cada espacio (ciudad) esta formada bajo los mismos parametros: calles y carreras, con avenidas, puentes y parques, edificios, casas, sitios de reunión comerciales y religiosos, cementerios; con habitantes que realizan diversas actividades. La sintesis de la (esta) diferencia la concreté en el paisaje, en la palabra paisaje, en impresiones. [Impresiones como algo que deja huella, y que no se puede borrar. Cuando se imprime un libro, se crea un objeto, que permite ser consultado, guardado y preservado para un futuro]. Las impresiones se fueron guardando en la palabra paisaje.

Paisaje2
m.Extensión de terreno que se ve desde un un sitio.
m.Extensión de terreno considerada en su aspecto artístico.
m.Pintura o dibujo que representa cierta extensión de terreno.

Paisajista3 [Para el paisaje la experiencia mas importante es estar en él].
El paisaje (como medio físico) es para mí, en este momento, lo que veo cuando abro los ojos, cuando aparece ante mí todo lo que he dejado atrás cuando me dispuse a dormir. Una delimitación es mencionar que está en Colombia, en Bogotá D. C., en Chapinero, en Marly. Este paisaje se refiere precisamente al lugar de habitación. Es la ciudad, el gran territorio, es lugar de habitación (como lugar de trabajo, diversión, movilización). El habitar es estar en un espacio que da seguridad y cobijo de lo que esta fuera, de lo que puede ser desconocido (pero es un desconocido conocido. Lo desconocido de lo conocido, lo desconocido de la ciudad, solo se limita a lo que acontece con las personas, con los habitantes, sobre lo que no se puede controlar, sobre lo que no se puede ejercer control) y que ayuda a configurar un idea sobre cada uno.

El paisaje (como idea) es para mí, en este momento, todo lo que recuerdo que mis recorridos, sentimientos y emociones que he tenido y construido en el estar en un espacio físico específico. Un espacio físico específico: la ciudad. La ciudad del ciudadano, la que se recorre y se integra con cada uno y con los otros en encuentros cotidianos. En palabras de Ignacio de Loyola Brandão: “Nuestros lugares, rincones secretos, nosotros somos los que descubrimos una ciudad. Andando, dando con ellos al azar. Porque nosotros sabemos los pedazos en donde nos sentimos bien, lo que nos toca, conmueve. Puede ser una pared vacía, un muro descascado, un balcón en ruinas, una ventana entreabierta, una luz particular, un jarrón de flores, una vitrina, un objeto en un almacén, la sombra en un esquina, un poste de luz, un árbol, un banco con inscripciones, un punto, un pasaje sobre el tren elevado, un cafetería recién lavada, todavía oliendo a agua jabón…”4.

Son recuerdos, pues no se encuentran presentes. Están en un pasado que se hace presente cuando se vuelve a pensar en ellos, cuando se reactivan, cuando se vuelve a verlos5.

Ciudad6
(Del lat. Civitas, atis).
1.f. Conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa de dedica por lo común a actividades no agrícolas.
2.f. Lo urbano, en oposición a lo rural
4.Título de algunas poblaciones que gozaban de mayores preeminencias que las villas.

2

Fractura
Cuando caminaba como loco por la ciudad que no quería, pensaba obsesivamente en querer salir de ella y perderme en un lugar en donde no fuera importante lo que hacia y lo que decía. La ciudad que no quería, la de la luminosidad alucinante de un sol radiante; con personas pendientes de todo lo que pasaba; con la imposibilidad de llegar a un destino por diferentes vías; la de la rutina de un mismos lugares. Era la ciudad del olvido, la de archivos olvidados, arrumados sin control.

Camino ahora por la ciudad que me acoge, que quiero y estimo, pienso, mas bien recuerdo, por que quiero estar aquí: “A Javier le preguntaron por su deseo de ir a vivir a B. Javier respondió: Aislamiento. Sí, aislamiento. Esa era una característica que quería encontrar en una ciudad. Cada uno por su lado, cada uno sin prestar atención por el vecino, por su compañero, eso, eso, eso, eso…”7.

Olvido
El olvido es cuando no se tiene presente (en el presente) algo que ya ha pasado, algo que está en el pasado. Tengo presente las cosas con las que me encuentro a diario, las de lo cotidiano. Cuando no tengo algo a la vista, no recuerdo que lo tengo. Cuando camino, sólo recuerdo algo que recorro todos los días.8

3

Resistencia
Viviendas de interés social. Estar sometido a espacios de habitación de unos pocos metros cuadrados. Las personas que ocupan estos espacios, tratan de satisfacer una necesidad de habitación. En estas viviendas las posibilidades de construir espacio con objetos de nuestro agrado, no son muchas. Se sacrifican objetos significativos para ubicar lo necesario de lo cotidiano.

4

Fantasma
En la ciudad he encontrado un fantasma9. La ciudad volvió a mí como un fantasma. ¿Por qué fantasma? Por el recuerdo, por el presente. Porque nunca se sale del espacio, de un espacio. Por que como los sistemas naturales, siempre se está en desequilibrio. Por que el equilibrio sólo se encuentra en la muerte.

Pensaba en paisaje y la ciudad re-aparece. Ha vuelto y ha re-aparecido con sentimientos y emociones guardadas. Como leyes de resistencia, leyes de casa paterna.

Lo presente (presente) para mí fue lo que estaba viendo a cada momento. No fue lo que tenia y lo que habia pasado.

Actualizar [La relación con la ciudad10]
El estar presente, es estar en decisión. Una decisión es un punto fijo, un impresión que no se puede repetir. Se toma en un momento especial, único, con circunstancias especiales que se tienen alrededor. El tiempo de la decisión no se puede volver a (de)tener, por eso las decisiones no se puede volver a tomar. Siempre hay una nueva decisión. Las decisiones sólo se pueden asumirlas.

Paisajista
La ciudad es construida por los arquitectos, diseñada por los urbanistas. Es gobernada por los alcaldes y vivida por cada uno de los habitantes, de los ciudadanos. Hay muchos códigos que indican y producen el comportamiento.

Un semáforo, tres luces y una sincronía entre peatones y vehiculos. Rojo para detenerse, verde para avanzar.

El paisaje (no como naturaleza) es una trabazón de ideas, sentimientos, emociones; espacios y objetos; reglas y códigos. La importancia del paisaje, radica en que habla de un territorio especifico, de un lugar geográfico singular. Es algo que siempre esta en construcción y qu compone relaciones.

Asedio
Estoy por decisión, estoy para pensar. La ciudad ha vuelto a nacer, ha vuelto para decirme que está para hablar, para desaparecer (presente), para aparecer (nuevamente presente). Para decir.

(5)

Toc, toc11
No se sabe que se esconde detrás de una puerta. No se sabe con quién, con qué, se va a encontrar. La puerta esconde otro mundo, otro momento de percepción. Cuando se cruza una puerta se pierde el misterio. Antes de cruzar una puerta, se tiene la certeza que todo es conocido, cognoscible, que hay continuidad en lo que se percibe.

_____________________________________

1. MADERUELO, Javier. El paisaje. Génesis de un concepto. Abada Editores S. A. Madrid, 2005. Pág. 38
2. Diccionario de Lengua Española – Vigésima segunda edición. http://rae.es
3. “… el paisajista ha procedido…, eligiendo un punto de vista concreto, y no otro cualquiera, desde el que poder contemplar un fragmento determinado del paraje que posee unas cualidades que vienen determinadas por la forma, los colores, y las texturas de los accidentes, ha elegido un momento con unas determinadas condiciones de iluminación, según la estación del año y la hora del día, y nada de esto es casual, sino que responde a una idea particular de belleza,…” MADERUELO, Javier. El paisaje. Génesis de un concepto. Abada Editores S. A. Madrid, 2005. Pág. 288.
4. LOYOLA BRANDÃO, Ignacio de. O verde violentou o muro. Visões e alucinações alemãs. Global Editora e Distribuidora Ltda. São Paulo, 1984. Pág. 122.
5. Pero siempre están con uno. Son como las cosas que se acumulan por acumular y ocupan un lugar en el espacio (habitación). Difíciles de dejar.
6. Diccionario de Lengua Española – Vigésima segunda edición. http://rae.es
7. AYALA, Oscar. Transurbano. Escuela de Artes Plásticas, Facultad de Artes. Universidad Nacional de Colombia. 2004. Pág. 6. (Inédito).
8. El sentimiento de ciudad, después de un tiempo, se volvió costumbre, cayo en el olvido, se volvió impresión de pensamiento.
9. Es una sombra que sigue indicando un camino por el que pensar por el que se encuentra afuera. El fantasma de la ciudad es el que indica que no he olvidado que es lo que ata y que es lo que siento. Los recuerdos con los que me hice, ahora de nuevo presentes.
10. La ciudad siempre aparece, una y otra vez, como el paisaje. El paisaje es como un “espectro”, como un “(re) aparecido”, una Cosa que está una y otra vez. Es algo que tenemos que encontrarnos cada vez que tenemos que abrir los ojos, cada vez que nos encontramos ante la realidad construida por cada uno.
11. Follow the white rabbit

Oscar Ayala, artista plástico

Entre arboles y construcciones, aparece Oscar Ayala, Artista plástico, como centro de todo su propio paisaje.
Ya sea en el bosque, la ciudad, un paraje aislado o el centro de una urbe, lo que más claro podemos ver a través de todas sus imágenes, es su pensamiento, y el pensamiento de a quienes lee. Todas las grandes montañas, los edificios elevados, el color del cielo o el agua, esas impresiones retinianas evocadoras de amplitud o encerramiento, se transforman en un conjunto complejo de palabras, ideas, y ante todo reflexiones sobre su propio ser.
Todo puede llegar a ser un pretexto, para interrogarse profundamente por su propia cabeza, que aunque se pierda y revolotee por una superficie casi infinita, termina siendo siempre muy económica y muy puntual.
Oscar Ayala, Artista Plástico.

(Texto escrito por Diego Aguilar sobre el trabajo de Oscar Ayala)

Como si fuera un … ejercicio

Un ejercicio es como poner de manifiesto algo que se quiere hacer. En todo y a todo momento estamos haciendo ejercicios. Desde los movimientos físicos que se hacen en el colegio hasta los bocetos de una obra de arte, todos son ejercicios. Se ejercita los músculos y se ejercitan las destrezas y habilidades con las que se trabaja. Se ejercita para poner a punto alguna idea que se encuentra rondando por la maraña de pensamiento, por el pensamiento que busca e indaga hasta hallar la mejor solución. En ejercicio constante, en pensamiento constante.

El ejercicio es, entonces, buscar estrategias para perder el sentido de orientación y de encontrarse desconociendo todo las posibles reservas de referentes de los cuales se hace uso para andar, dirigirse y encontrar un destino. El estar perdido es (puede ser, lo es) una estado casi normal de las grandes metrópolis. Los artificios que se usan para controlar y para definir nuestra disposición hacia el estar en una ciudad, desde el encontrar una dirección hasta la políticas públicas sobre su manejo, no darán cuenta de nuestra interacción con cada uno y con los demás. La experiencia de estar perdido, de no pensar y no llegar a destino, es casi equiparable a hablar con y en lenguas. A desconocer y reconocer que no se está, que se puede hacer, que no se puede orientar a nadie. En que se tiene la posibilidad de no encontrarse y de no perder, ejercitarse, de posponer la situación. Es como una señal, como Virar en U, como No Parquear. El ejercicio físico y mental: Goku: a cada pelea se hace mas fuerte. Fuerte hasta convertirse en Supersaiyajin. El ejercitarse en la perdida: superperdido. O en el infinito: superinfinito. O en el vacio: supervacio. Mejor: Superlitio (pueden ser Los Planetas). No hay nada más. En siempre así. Asina.

(Sobre el trabajo de Jaime Gomez)

Escrito No. 02

“… ni con los archivos, ni con el montaje que se genere: los primeros no ofrecen la verdad del pasado y no existen si no se construyen a partir del conjunto de preguntas pensadas que debemos plantearles; el segundo da precisamente forma a este conjunto de preguntas, de ahí su importancia – estética y epistemológica – crucial”.
Georges Didi – Huberman. Imágenes pese a todo. Paidós. Barcelona, 2004. Pág. 197

1

Acumulando
En mi casa todo esta arrumado. Cada objeto nuevo se va sumando a los que ya están, creando arrumes, creando olvido. No recuerdo muy bien cuales son las cosas que guardo. Solo sé que cada cierto tiempo una nueva caja aparece en algún lugar del armario, en algún lugar de mi espacio de habitación. No me gusta estar fisgoneando por ahí en esas cajas. Cuando aparece en mí la maravillosa idea que hay que ordenar, el entusiasmo sólo dura un par de horas: después todo se revuelve en la extraña sensación, de que el pasado se debe dejar en el olvido. Me siento por fuera, cansado, perdido por recordar el tiempo.
A veces me pongo a pensar en todas las cosas que he acumulado, en todas las cosas que se me han ido acumulando por ahí, de a pocos, en mi espacio de trabajo, en mi espacio de habitación. ¿Qué pasará cuando cambie de espacio? Para mí sería mejor dejar todo atrás y empezar de nuevo a acumular.

Paisaje – ando
En mi espacio de habitación el paisaje va cambiando. He estado pensando el paisaje como algo a lo que siempre hay que enfrentarse. También he pensado el paisaje como algo que se va construyendo con cada nueva idea que uno tiene. Mi paisaje como mi país (-aje). En mi paisaje se encuentran algunas cosas que no recuerdo. También se encuentran cosas que recuerdo, cosas que están siempre a la vista. Mi música es una de ellas. Está siempre presente y nunca la olvido. En cambio, lo que hice el día que llegué a una nueva ciudad, no lo recuerdo, está en el olvido.

Caminando
Estoy ubicado en un espacio geográfico singular: Bogotá. Acercándome un poco mas, llego a definir ese espacio como Chapinero, la localidad; como Marly, el barrio. De mi espacio de habitación a mi espacio de trabajo son unas cuantas cuadras. Todos los días lo cotidiano se desarrolla en unos pocos kilómetros, no más de 2. El inventario del paisaje se construye todos los días, con lo que ya ha sido visto y con lo que se ve en la actualización diaria. La mayoría de las cosas no cambian. De vez en cuando, desaparecerá una casa y aparecerá un edificio. De vez en cuando, cada día, aparecerán nuevas personas, nuevos carros, un nuevo movimiento. En mi espacio de habitación, por ejemplo, muevo objetos de un lado para otro, acumulándolos y acomodándolos en un movimiento constante marcado por el uso.

Fijando
La cotidianidad del paisaje es estable y móvil. Lo estable es lo que permite tener la coherencia necesaria para poder realizar los intercambios conmigo y con el otro. Lo móvil esta en el cambio sutil. No es mucho lo que modifico en mi espacio de habitación. No es mucho lo que se modifica en el espacio de lo cotidiano. Sólo lo necesario para saber que estoy en un presente, para recordar lo que hice ayer. Para saber que es lo que se deja en mi repertorio de actividades, de acciones, de recuerdos.

2

Registrando
He intentado hacer un inventario de lo que pasa en mi espacio de habitación. Lo intente en un ejercicio que llamé Espacio Interior (El uso)1. Durante unos meses tomé una fotografía al espacio y a lo que pasaba en él con mi interacción diaria, dejando que los objetos hablaran de lo pasado y de la acción. Pensaba que con ellos se condesaba un memoria de lo cotidiano y que ese registro fotográfico también hablaba, por sí solo, de lo que pasaba conmigo y con ese espacio. Quise, después, seguir registrando de igual forma lo que pasaba en el pedazo de ciudad por la que me muevo, esperando que al obturar, al registrar, al levantar el repertorio, apareciera ante mí todos y cada uno de los objetos, situaciones y posiciones con las que me encuentro. ¿Un paisaje vacío? Puede ser. Pero no un paisaje vacío. Es más bien un paisaje neutro, como en la tradición del paisaje contada por la historia del arte, cuando se hicieron vistas de ciudades y se dio importancia al entorno geográfico rural o urbano por si solo. Esas imágenes tomadas se fueron tornando vacuas, casi sin sentido, como si fuera meramente una descripción.


Oscar Ayala. Ejercicio 6. Fotografía digital. 2008


Oscar Ayala. Ejercicio 17. Fotografía digital. 2009.


Describiendo

Un registro, una descripción. Descripción: representar a alguien o algo por medio del lenguaje, refiriendo o explicando sus distintas partes, cualidades o circunstancias1. En el arte holandés es en donde mejor se desarrolla la descripción2 a través de la pintura y el dibujo. Busca captar todos los aspectos de la cotidianidad contando cada uno de sus detalles.

Grabando
Al acudir a una cámara fotográfica o a una cámara de video para hacer una descripción del paisaje, pienso – con el sólo hecho de utilizar alguno de estos dispositivos – que se está haciendo una descripción de lo cotidiano, de lo que acontece en lo cotidiano, o si se quiere, de lo que se construye, establece y persiste en lo cotidiano. (La arquitectura). Una imagen así puede ser un registro que se puede utilizar para documentar cualquier proceso que requiera una prueba, y se le confiere carácter de verdad a lo que aparece. Como las imágenes de turista. Se puede pensar que se ha perdido un poco la confianza y la tradición de la palabra, de la palabra del otro. Pero también, puede que se haya puesto el peso en la descripción rápida y directa de las imágenes fotográfica y en la imágenes de video.
Con las imágenes tomadas al paisaje buscaba hacer una descripción rápida y directa del entorno, y constatar ideas preconfiguradas sobre lo ideal del paisaje. Como lo puede ser, tal vez, el encontrar diferencias entre entornos, guiada únicamente por la descripción, por la presentación y yustaposición.

3

Imaginando
No solamente con la una descripción fotográfica se puede hablar del paisaje. “El paisaje es un constructo, una elaboración mental que los hombres realizamos a través de los fenómenos de la cultura. El paisaje, entendido como fenómeno cultural, es una convención que varía de una cultura a otra, esto nos obliga a hacer el esfuerzo de imaginar como es percibido el mundo en otras culturas, en otras épocas y en medios sociales diferentes al nuestro”3. Para entender el paisaje, y en mi caso, el paisaje de la ciudad en donde desarrollo mi cotidianidad, necesito imaginar, como lo dice Maderuelo, inicialmente la forma como yo percibo ese paisaje. Puesto que es necesario conocer esa dimensión, para acercarme a la forma de percibir de otras personas. Pero lo había olvidado. Había olvidado que estaba en una ciudad y sólo estaba proponiendo buscarla a través de seguimientos – registros fotográficos. Había desaparecido la relación que alguna vez construí con la ciudad, y con la cual propuse la elaboración de un proyecto de arte.4

Revisando
¿Cómo poder hablar del paisaje que me rodea, del entorno geográfico que frecuento? “Paisaje no es nada y no dice nada, ya que lo comprende todo reconciliando lo que esta disperso. Se organiza en función de un punto de vista en apariencia eterno e indiferente”5. Al revisar cuales fueron y son mis experiencias en la ciudad, me dí cuenta que el paisaje que quiero revisar, es un paisaje que esta en permanente correspondencia con lo que yo soy, puesto que el paisaje, es como un lenguaje que permite conectarme y relacionarme con el otro, con los otros. [Puesto que la ciudad es como un lenguaje que permite conectarme y relacionarme con el otro, con los otros].

Identificando
En los objetos físicos con los que me encuentro a diario y en los repertorios emocionales – sentimentales, he empezado a valorar palabras-documentos con las que pueda proponer y reactivar la acción de estar en una ciudad, en un paisaje, en un lenguaje. Estoy, entonces, buscando encontrar hitos fundamentales, hitos que pueden convertirse en monumentos de la experiencia de los diferentes entornos geográficos, que puedan testificar la correspondencia que he creado con el entorno, con el paisaje. En este momento, una conversación, un simple discurso, una entrevista, no me permitirá hablar y contar esa relación. Debo entonces, interpelar, encontrar cuales pueden ser los documentos6 que me permiten hilar, tejer y presentar mi experiencia urbana.


Oscar Ayala. Ejercicio 18 (elpaisajesoyyo). Video. 20091

4

Preguntando

Tengo entonces documentos que hablan de mí, y de mis experiencias en la ciudad. Debo pensar entonces, en el montaje, en las preguntas. El montaje, la suma de varias partes, es lo que construye una pieza de arte.
Debo encontrar el orden del montaje, la forma al conjunto de preguntas a mi archivo personal, a mis objetos y a mis experiencias, para decir cual es mi paisaje, cual es el paisaje.

_______________________

2 Diccionario de la Lengua Española, Vigesima segunda edición. Real Academia Española. http://rae.es
3 SVETLANA, Alpers. El arte de describir. El arte holandes en el siglo XVII. Hermann Blume. Madrid, 1987.
4 MADERUELO, Javier. El paisaje. Génesis de un concepto. Abada Editores S. A. Madríd, 2005. Pág. 17
5 El proyecto se llamó Transurbano y se desarrolló durante el año 2003.
6 KESSLER, Mathieu. El paisaje y su sombra. Idea Books. Barcelona, 2000. Pág. 14
7 “El término latino documentum, derivado de docere “enseñar”, ha evolucionado hacia el significado de “prueba” y está ampliamente usado en el vocabulario legislativo. En el siglo XVII se difunde en le lenguaje jurídico de Francia la expresión titres et documents y el sentido moderno de testimonio histórico data solamente del siglo XIX”. LE GOFF, Jacques. El orden de la memoria: el tiempo como imaginario. Paidós. Barcelona, 1991. Pág. 228.