Escrito No. 8

He leído de afán y solo una vez. Al leer de afán no pude entender muy bien lo escrito por Martin Heidegger en el parágrafo La verdad y el arte, que ese encuentra en el ensayo El origen de la obra de arte. Últimamente he estado muy preocupado por el ejercicio de escribir sobre las lecturas que estamos haciendo. La preocupación aparece solo por el hecho que siempre termino con la idea que todo lo leído se queda en un nivel de abstracción tal, que me es difícil poner en palabras la síntesis de lo leído.

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Esta vez, el tema a tratar será la relación de la verdad con el arte. La verdad la había tratado Heidegger en el apartado sobre la obra y la verdad. La verdad como concordancia del conocimiento con la cosa. Se trata entonces de relacionar la verdad con el arte, y encontrar una respuesta a este “enigma del arte, el enigma que le es propio al arte”1.

Se habla entonces del proceso de crear, en donde crear es la capacidad para producir, para traer delante la verdad. Todos los objetos comparten este proceso de crear. Una obra de arte y un utensilio también son creados. ¿Cuál es la diferencia entre la obra de arte y un utensilio? Para Heidegger la diferencia se halla en que la obra de arte es “creada dentro de lo creado”2, algo así, creo yo, como la capacidad única de mostrarse con mas ímpetu sobre los otros objetos. Que sobresale por una especial condición3. Los utensilios, no tendrían esta capacidad, por que caerían dentro de un uso cotidiano, en donde se habituaría a ellos y no tendrían la capacidad de sobresalir sobre otros. “Lo habitual como olvido”4

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Siempre habrá relación de combate entre el mundo y la tierra en la tarea de mostrar la verdad de las cosas. Heidegger habla de esta relación como rasgo. Y este rasgo se manifiesta en la obra como esa parte de la tierra que permite crear el mundo, lo que permite ver la esencia de las cosas, su verdad5. La forma es la que nos permite ver la tierra con la que esta hecha la obra, y el mundo que crea la obra.
El ser obra de la obra es el acontecimiento. En el momento en que una obra pone delante un mundo, una verdad, nace el acontecimiento que permite movilizar un pensamiento, una idea. Esto creo que es lo poderoso del arte. Es poder movilizar física y metafisicamente. Ponerse en obra.

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Acontecimiento. Cuando se está ante algo que se desoculta, algo se mueve, algo se moviliza. Se crea una experiencia. Es como siempre pasa cuando se encuentra con algo que antes no ha visto, algo que no todavía no se ha creado. Cuando esto aparece, cuando se crea, hay una experiencia que permite validar y sistematizar esto nuevo que se ha creado. Pienso ahora en la historia que menciona Umberto Eco en el libro Kant y el Ornitorrinco. La historia de Marco Polo y de su encuentro con el rinoceronte. Cuando se encuentra con este animal, Marco Polo no puede saber que tipo de animal puede ser. Lo único que puede llegar a decir es que es un unicornio. Es como se le aparece a Marco Polo, y como lo puede asir, solo por lo que antes había escuchado de los unicornios. Para Marco Polo, el rinoceronte acontece como unicornio, y es en este momento, cuando Marco Polo ha tenido, para él, la experiencia de unicornio. Después, esta categoría creada por Marco Polo, será debatida, y el rinoceronte acontecerá de otra forma y se tendrá de él otra experiencia.

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Las palabras son las que nos permiten entablar esta primera relación con el entorno, las primeras que nos permiten desocultar el ente, tratar de encontrar la verdad. Con las palabras creo un mundo y traigo el mundo mí, con mi voz.

1. HEIDEGGER, Martin. Caminos de bosque. Alianza Editorial. Madrid, 1996. Pág 66
2. HEIDEGGER, Martin. Caminos de bosque. Alianza Editorial. Madrid, 1996. Pág 55
3. Como la idea de aura en Walter Benjamin.
4. HEIDEGGER, Martin. Caminos de bosque. Alianza Editorial. Madrid, 1996. Pág 56
5. Me parece problemático entender estas relaciones. Problemático en el sentido de que siempre va ha haber un punto que quizá no sea tenido en cuenta para elaborar todo un discurso de la idea. Es como un pulsión incesante de dos fuerzas opuestas que se encuentran para construir todo lo posible que se vuelve real. Ying – Yang. Fuerzas en constante oposición y en constante armonía y equilibrio. La una no puede existir sin la otra. Tengo la sospecha, que todo esto lo he hecho cuando estoy en obra. Durante todo el tiempo de aprendizaje de la gramática del arte, estuve, y aún lo estoy, en tratar de asir cual es esa dimensión oculta de hace que lo que yo hago sea arte. Lo que yo hago y lo que hacen los demás. Algunas veces, esta discusión se reduce a pensar el problema como únicamente ligado a la cultura y a sus métodos de transmisión. Creo que en la cultura esta la respuesta. Debe haber algo más que todavía hoy, no haga sentarnos a pensar sobre este asunto: El enigma del arte.
6.