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Citas

“Mientras tanto en la autopista seguirá siendo más prudente girar la cabeza de vez en cuando: el conductor del otro vehículo podría ser un vampiro transparente”.

Fontcuberta, Joan. (1997). Elogio de un vampiro. En: Fotografía y verdad. Editorial Gustavo Gilli. Barcelona.

Lo que se espera: (ir a) [que- me] enseñar vs. (ir a) aprender

Hace ya un buen tiempo, cuando estaba casi que recien salido de la Escuela de Artes Plásticas, me encontraba sentado en frente del edificio de Bellas Artes en una plácida tarde soleada, viendo pasar el mundo. Estando en eso, una gran amiga me pregunta: ¿que estás esperando? Como me encontraba viendo pasar el mundo, lo único que pude responder fue: estoy esperando la espera (claro que es mejor así: nada, sólo espero. Y eso fue lo que respondí). Creo que en realidad estaba esperando que el mundo me hablara o estaba esperando que el tiempo pasara para que mi espera no fuera en vano. Pero esperar nunca se hace en vano. Porque siempre se aprende cuando se espera un tiempo: es el tiempo de encontrar una respuesta. Ese día, mi amiga buscaba pensar que no se puede esperar por esperar, puesto que siempre se debe tener una certeza cuando se espera. Y yo, desde ese día, sigo pensando que es mejor esperar por esperar, para así aprender un poco de la paciencia que se debe tener para encontarse con cosas que ayuden a responder la pregunta sobre lo que es aprender.

Lo creo así: en el ejercicio docente, en el ejercicio discente, lo que más importa es aprender. Es ir a aprender.

Lecturas Bucaramanga II

Y seguir leyendo un poco de literatura. Hace unos días escribía en Twitter que cada vez más disfrutaba de la literatura (ya tengo por ahí otros escritores por revisar) [y pues en la literatura se encuentra un maravilloso escribir entre la teoría y la ficción, que siempre aumenta el pensar sobre las cosas], y eso fue lo que hice en este breve periodo de receso que tuve entre los dos contratos de prestación de servicios que me proveen de lo básico. Aquí entonces, la lista de títulos de lectura de este receso:

1. Alberto Fuguet. Missing (una investigación) ::: Sigo con uno de mis autores favoritos. Estuve cazando este libro desde que fue públicado inicialmente en Chile (con varios intentos de contactarme con las editoriales y buscando conocidos que viajaran a Santiago) y tuve que esperar hasta que lo lanzaron en Colombia (Cosas de la editoriales, como diria Fuguet). Aunque realmente no estuvo dentro de las lecturas del tiempo de receso, lo incluyo pues hizo parte de la selección inicial de lecturas. Después de leerlo me quedé pensando en eso de la toma de decisiones y todo lo que ello acarrea. También recordé una parte del documento que escribí como tesis en la Maestría en Artes Plásticas y Visuales, pues la parte del libro escrita en “crónica rota” (como decian en la presentación del libro en la Feria de Libro de Bogotá 2011), guarda relación con los ejercicios de post-it que propuse para el proyecto “Alguién / Algun Lugar”. Definitivamente cada vez que leo a Fuguet me atrapa. Y esta vez, también lo ha hecho. Y es cierto: las decisiones son las que nos pone a prueba y nos propone retos a cada momento, que hasta puede ser que nos lleve a estar perdidos, lejos de algo que habiamos pensado que pudiera ser un derrotero para un (nuestro) proyecto de vida.

Y todos nos estamos perdiendo de algo.

“- ¿Crees que estuviste perdido? ¿Adrift?
– Por un tiempo sí. Pero la meta siempre fue enderezarme.
– OK, entonces puedo usar la palabra perdido. ¿Te perdiste? Dime.
– Sí. I was lost. I got lost gradually and then, eventually, I just lost myself.
– Te perdiste.
– Me perdí.
– Bueno saberlo – le digo, sonriendo.” (Pág. 382).

2. Alberto Fuguet. Aeropuertos ::: Y más de Fuguet. Dos por uno. En la Feria del Libro de Bogotá con dedicatoria* incluida. (Tenía de decirlo). Lo empecé a leer en un aeropuerto, en el aeropuerto Eldorado, mientras esperaba un vuelo para BGA. Fue un inicio de lectura un poco diferente a otros inicios de lectura. Por un momento pensé que no me atraida, pero al final me atrapó. Nuevamente. Y creo que también puede ser un libro sobre las decisiones, las decisiones que se han de tomar cuando algo se sale de control por el descontrol, un libro sobre las relaciones difusas y rotas por la distancia de las cosas imprevistas que no estaban presupuestas para un proyecto de vida. De relaciones que se encuentran por ahí, como si fueran una espera en un aeropuerto, esperando… algo. Relaciones de padres, relaciones de hijos. Del porqué se hace algo y se olvida, o se olvida para hacer algo. Un algo, una decisión.

3. Haruki Murakami. Sputnik, mi amor ::: Y más autores favoritos. El cuarto libro de Murakami que leo. Y no me defraudó, me gustó, y más cuando leí el primer párrafo. Un intro de esos que siempre se recuerdan y que emocionan y agradan y no se dejan de olvidar. Cómo el de ¡Que viva la música! de Andres Caicedo o La puta de Babilonia de Fernando Vallejo. Un libro casí como si fuera un largo recorrido por la ilusión-desilusión de estar en amor, por el querer y no poder ser correspondido, por el cambiar y el poner en juego nuestro juego, que al parecer, nunca alcanza para saber cual es nuestra mejor opción. Un libro también de personajes grandes lectores y con pasión por la literatura. Un libro de doble, del doblez que, al parecer, aparece en algún momento de nuestro recorrido vital y nos predice y propone un camino que puede ser (el) mejor.

La compresión no es más que un conjunto de equívocos” (Pág. 151)

4. Phillip Roth. Operación Shylock ::: Esta es una recomendación de una amiga (¡Gracias Sylvia!). Me la he encontrado un día y me ha dicho: Oscar, este libro es para tí. Algunas veces me quedo pensando en el porqué de una recomendación, pues me ha pasado que a veces no entiendo porque me dicen que algo yo debería verlo, (o leerlo). Esta vez, también me he quedado pensado, pero ahora creo saber el porqué de la recomendación de Sylvia. No conocía a Roth. Sólo lo había visto muchas veces en las ventas de libros del puente que cruza la 30 a la altura de la calle 45. También lo había visto reseñado en uno que otro blog que sigo por ahí. No había pensado leerlo (bueno, quizá si, en algun momento). Pero venida la recomendación, hecha la lectura. Me sorprendio, que como en el libro anterior, esta también hiciera referencia al Doppelgänger. Una sofisticada y muy elegante narración sobre las posibilidades e imposibilidades del doble, de la doble identidad, de la suplantación, de las ficciones reales y de los documentos ficcionales, de la literatura y de la posiciones, como las identidades dobles, que se traen y se producen en el conflicto palestino – israelí. Aunque por momentos me aburria con extensos discursos, con ello me he puesto a recorrer el pensar de los judios americanos, de los judios israelitas, de los palestinos; de la literatura y del tejer de las historias. Con eso creo que ya sé a que se refería Sylvia al recomendarme el libro. Con eso que ella llamaba de mi trabajo como una “procrastinación indirecta”: dando vueltas para descubrir verdades, para descubrir posibilidades.

5. Haruki Murakami. Al sur de la frontera, al oeste del Sol :::. Y casí que no me atrajo. Bueno, quizá porqué alguna vez debe haber algo de ruido. Y no me atrajo al no encontrar las narraciones y descripciones que había encontrado en los otros libros de Murakami. No sé que más pudo haber sido. Sólo puedo decir, puedo escribir sobre que es un largo pensamiento sobre la vida y sobre las bonitas (perdurables e imperecederas) obsesiones y atracciones que uno se amarra cuando se es niño-prepuber-puber (yo llevo por ahí algunas que aún marcan decisiones en cosas como la atracción), y como hacen llevar las nuevas proyecciones a estados por fuera de ellas. (¿Será esto el ruido?). Eso**.

“¿Qué diablos tenía que hacer con aquella felicidad? ¿Hacía donde debía conducirla?” (Pág. 24).

Y hasta ahí llegarón los días libres. Se acabaron y dejaron fuera la lectura de la última novela de Murakami. Dejemos para después, a ver si después la logró, pues ahora se viene la lectura que acompaña mis trabajos y mi profesar. Y es que profesando ando, y pensando arte voy. Só isso.

* La dedicatoria del libro “Aeropuertos” dice: Para Oscar, q’ está volando! Suerte!
** Esta palabra como si fuera un personaje de Fuguet. Lo descubri en este periodo de lecturas. Su personajes también dice eso.

Un reloj

Para acompañar el tiempo, mi tiempo. Para ver mi hora, la hora en donde voy ahora. Un reloj para no perder el tiempo mientras cuento el tiempo. Para hacer el tiempo, para decir y no decir: No tengo tiempo.