Cuando empecé los estudios de maestría en la Universidad Nacional de Colombia, me encontré con varios compañeros (esa familia prestada como lo decía Esteban) con los cuales se activaron un sinnúmero de ideas (la creación que nunca para) que se dieron forma, ellas solas, en cada uno de los espacios que compartimos: las clases, las preparaciones de las entregas, las entregas y los espacios en el medio (almuerzos, pausas activas, reuniones sociales).
Fue en uno de esos interminables espacios en el medio, en los que se dieron los primeros trazos de este proyecto que se concretó años después, ya como egresados, con el nombre La Toma, y que se configuró, tal vez, bajo la premisa: ¿qué pasaría sí?
Lo que pasó, fue que nos juntamos Diego, Jaime y yo para poner a prueba esas ideas que nacen entre (en el medio) y que por el momento nos pone a pensar en muchas de las ideas que se tejen con y desde el arte.
Presento entonces el Proyecto La Toma, pues llegó el momento de ponerlo al aire.