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Llega un momento en la cultura cuando se alcanza lo que se llama the tipping point, ese instante en que los dominós empiezan a caer. Creo que, en cuanto al tema del tráfico audiovisual, alias piratería, los dominós cayeron la semana pasada. Demasiadas cosas ocurrieron en espacio de poco tiempo que me hizo darme cuenta que este submundo ahora era –quizás- el mundo.
Una pareja de amigos estaban con síndrome de absitencia puesto que su dealer digital, un estudiante de una universidad de “la cota mil” se había fugado al desierto y los dejó sin su abastecimiento de Boston Legal. Al parecer la serie es notable pero hay algo exquisitamente irónico en ver estar adicto ilegamente a una serie sobre leyes y abogados. Luego: un crítico de cine que fue a un festival me dice que sólo se dedicó a ver retrospectivas y homenajes puesto que las novedades independientes las había visto “hace demasiado poco”.

Otro: un chico en el metro, gordos fonos tapándole los oídos, luce una polera que dice Gracias, aXXo.

¿Quién es aXXo? Es el Robin Hood de la red, el rock star de P2P, el pirata más ondero del planta-torrent. Nadie sabe quién eso pero nadie duda que es un hombre y “no tiene mucha vida”. aXXo es uno de los tipos que más ha subido cintas a la red, sobre todo cintas que aún no son lanzadas en la red.
Sigo: me pasan una tarjeta de un dealer que ofrece “entrega a domicilio” y “página web donde coloca las novedades”. En diarios, hospitales, canales, fábricas y colegios, tipos total y absolutamente normales (quizás un tanto nerd) compiten mano mano con las señoras que venden queso, mermeladas o chalecos. Otra persona me dice: que hay tres tipos de personas: los que compran dvds en la calle; los que tienen dealers; y los que descargan solos.
El término ripeado ya no lo asocio a caminos malos o a asesinos londinenses. Me llega un mail anunciándome que Mininova ahora tiene versión “especialmente para Mac” y Fayerwayer informa que el sitio ha contabilizado más de 8 mil millones de descargas.
Como si eso no bastara, ya está sus primerps mártires: los chicos rubios suecos de ThePirateBay deberán ir presos, y pagar 3,5 millones de dólares. Lo que curioso es que esto el sitio sigue existiendo y funcionando. El sitio ahora dice lo siguiente:

Como en todas las buenas películas, los héroes pierden al comienzo pero tienen una victoria épica al final. Esto todo el mundo lo sabe. Eso es lo único que Hollywood nos ha enseñado.
Puede ser. No sé que viene pero es un mundo ligado a lo digital y a las descargas. La cosa se irá legalizando o todo será gratis y legal o algo entre medio. Que estos chicos estén presosy el resto de nosotros en la calle es sólo el comienzo de una nueva etapa de un mundo donde la palabra descarga es el santo y es la seña.

Via Apuntes Autistas de Alberto Fuguet

A arte não é divertida

A arte não é divertida

“A arte não é “divertida”. É algo difícil de apreender. Para apreciá-la é necessário entrar na mente do artista, é fundamental um certo tempo de reflexão, esperar que o quadro “fale” a quem o observa. O impacto da satisfação imediata é alguma coisa inerente ao espetáculo, porém não se aplica à arte, nem aos museus”.

Philippe de Montebello (ex-Diretor do Metropolitan Museum, Nova York, EUA) – Publicado em El País

Vía ArdoTempo

Estado: Desahuciado

Estado: Desahuciado
Terminé el semestre y mi estado físico y emocional no soportaba más. Insomnio, problemas digestivos, “palpitaciones” me acompañaron durante los últimos meses del año. Entre el trabajo y las clases, se descompuso la estabilidad que había disfrutado años anteriores. La única posibilidad más sensata, era abandonar todo tipo de “preocupaciones” que me generaran algún tipo de desorden emocional. Eso hice. El tiempo de receso de actividades laborales y académicas, lo he usado en no pensar, en no hacer nada. Bueno, eso siempre es un decir. Siempre se hace algo. Reparar la estabilidad física tratando de tener un buen dormir, buscando el equilibrio en las comidas, despejar la mente distrayendo el cerebro bajo las ondas del televisor (películas y series varias con documentales de Discovery y NatGeo), leer novelas atrasadas y algunas nuevas, hablar con viejos amigos, recibir la visita de otros, hacer unos viajes cortos, fueron principalmente las actividades que realice durante casi un y dos meses de receso de actividades laborales y académicas, respectivamente. De vez en cuando había un poco de espacio, y aparecían las imágenes de lo que se había hecho dentro de las clases, de lo que había pensado del proyecto, y trataba de retenerlas, para que no se fueran por los pasos tranquilos de las vacaciones.

¿Y el proyecto qué?
Buena pregunta. De las ideas iniciales que propuse, ha habido un ligero giro. Del paisaje al viaje, del viaje al desplazamiento, del desplazamiento a ejercicios de medición. Eso sería un resumen de lo que paso con el proyecto. Pero he de reconocer que soy un poco terco. No he abandonado la ideílla que rodó en la construcción del proyecto que presenté cuando inicié actividades académicas en la Maestría en Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Nacional de Colombia. Creo que esa terquedad pudo ser un poco lo que no me permitió avanzar en lo que podría ser un desarrollo “normal” del proyecto. Eso, sumado a lo sumamente dificultoso del hecho de realizar dos actividades absorbentes al mismo tiempo, estudio y trabajo, y en otro sentido, a un sentimiento de desencuentro “forzoso” con algunas de la propuestas pedagógicas que se presentaron durante el semestre. Pero no vendría a mal hacer un somero recuento de lo que ha sido el proyecto, de lo que se ha hecho con “eso” que se llama “proyecto”, que según se supone, al finalizar este semestre debe estar lo suficientemente ajustado para poder realizarlo durante el siguiente año de clases.

¿Por qué paisaje? Solamente porque estuve de viaje unos meses fuera, en otro país que no era el mío. Por eso, y porque siempre me he preguntado por las ciudades y lo que pasa en ellas. Al estar fuera de lo que siempre ha sido mi entorno normal, me hallé pensando en las sutiles diferencias que se encuentran en las ciudades, y al pensar en estas sutiles diferencias, terminé pensando en los elementos que construyen nuestra realidad visible. Se puede describir como lo que se vé. Estas palabras las tomé del libro de Javier Maderuelo El Paisaje: Génesis de un concepto. Maderuelo describe el paisaje de esta manera, al argumentar, que en algún momento de la historia de la construcción del termino paisaje, se hacía referencia a esta situación (el problema del paisaje) como eso que esta a lo lejos, a eso que se ve desde un punto. Mi interés inicial era pues, hacer una revisión sobre el término, sobre lo que ha dicho del paisaje, y proponer así, una aproximación plástica.

Los primeros acercamientos que hice (después de la recomedación a abandonar la referencias explicitas a término paisaje por ser considerado demasido extenso y totalizador) siguiendo el interés inicial, fue tomar fotos desde mi punto de vista de los lugares que rodean mi entorno cotidiano, mi habitación, mi casa, la calle al frente de casa.

Propuse después varios ejercicios realizados en video, en donde movía un elemento (en esta caso una silla), primero aleatóriamente y después de un extremo a otro, sugiriendo una línea de horizonte. Pensaba en el movimiento, en el tiempo del movimiento. (En algunas conversaciones con los profesores que acompañan nuestra experiencia, había presentado la película Manufactured Landscapes de la documentalista Jennifer Baichwal, – que recoge el trabajo del fotógrafo canadiense Edward Burtynsky en lo que él denomina paisajes fabricados: fábricas en China, depósitos de reciclaje de basura tecnológica, lugares de reciclaje de buques abandonados, etc,- en donde su primera secuencia era un movimiento de cámara de izquierda a derecha que mostraba el interior de una fábrica. Al ser preguntado sobre mi interés en la película, respondí que encontraba interesante como a través del movimiento de la cámara se mostraba todo los sucesos arquitectónicos, humanos, físicos de un lugar. Creo que ahí inicie con esos ejercicios).

El siguiente ejercicio, fue otro video en donde trataba de saturar la línea de horizonte por medio de unas botellas. Con estas videos pensaba en liar ideas abstractas de mi visión de las ciudades con la dimensión del paisaje que estaba buscando-pensando.

En este punto hubo un primer “receso” dentro del desarrollo del trabajo. De alguna forma desconocida me hallaba perdido y no sabía muy bien como se estaban dando las cosas. No hallaba relación alguna con lo que inicialmente pensaba que debía ser el proceso del trabajo y el giro que se estaba presentando en las clases. Agarré una idea vaga sobre lo que se buscaba: Desestructurar la idea de proyecto que se tenía y, buscar una relación de esa idea de proyecto con algo que se relacione con las vivencias individuales, personales. Entonces, me centré en el viaje, ya que había sido el motivador del pensamiento sobre el paisaje. Pensé que retomando y recordando lo que había pasado en ese viaje, podría continuar con la búsqueda de ideas para el trabajo.

Pero no lo trabajé directamente. Dentro de los tiempos de ocio, de pensamiento, terminé dándole un giro al concepto de viaje, pensando el viaje como un desplazamiento, que ocurre en cualquier momento y lugar, que pude ser conocido o desconocido, que puede ser cotidiano o no. En conversaciones varias hablé sobre el hábito y sobre la rutina. De esas dos palabras, hábito como aquello que se repite y que puede ser beneficioso – lavarse los dientes, leer un poco antes de dormir –, rutina como aquello que se repite para buscar un fin – rutina diaria de ejercicios –, configuré este cambio en el punto de acción, y me propuse realizar ejercicios que estuvieran relacionados con estas dos palabras. Hábito: Trabajar. Rutina: Caminar. Busqué entonces hacer un recorrido en donde se registrara los lugares que frecuento, lugares de trabajo, de comercio, de habitación.

Se presentó otro receso unas semanas después. En las clases se propuso presentar la forma de trabajo de artistas que se relacionaran con el proyecto de cada uno. Inicialmente trabajé a Robert Smitson y su obra Monumentos de Passaic. Después trabajé a Francis Alÿs y me detuve en sus trabajos Cuando la fe mueve montañas 2002, El colector 1992, El colector (Oxaca) 1996, Zapatos magnéticos 1994, Narcoturismo 1996, Barandales 2004. Pensaba del trabajo de Alÿs, que los recorridos que hace por la ciudad, siempre están acompañados de alguna reflexión sobre el entorno. En el trabajo Barandales, por ejemplo, después de caminar por Londres, notá que en algunos barrios hay rejas que se encuentran en la entrada de las casas, y que cuando se camina tocando estas rejas con un palo, se produce un sonido que está marcado por la arquitectura. En palabras de Alÿs: reja, columna, reja, reja, columna. Al pensar en lo que estaba haciendo con mi trabajo, encontré que no había una relación o alguna reflexión que me ayudara a guiar la realización de los ejercicios. No había una conexión con lo que pasaba afuera, lo que pasaba en mis recorridos, en los recorridos que después propuse. Aún pienso, que no he encontrado un punto que me sirva de referencia para la configuración de nuevos ejercicios.

Los otros ejercicios realizados, los últimos, se circunscriben a una simple medición de dos magnitudes físicas: la longitud y el tiempo. La magnitud longitud fue registrada por medio de fotografías de un recorrido en donde se medía la distancia por medio de un odómetro. Para la magnitud tiempo, el registro fue mediante video, en donde se contaba la duración del recorrido con el tiempo de duración de la grabación. Quizás buscando saber que distancia y cuanto tiempo dura el recorrido, fue que hice esos ejercicios. Traté de buscar algún elemento que me permitiera construir una idea sobre lo que significa para mí el caminar, el estar en las ciudades, el conocer un territorio, el que la rutina me manifieste un descriptor para la creación.

Creo que son importantes estos tránsitos, por cada uno de los ejercicios, afortunados y desafortunados, para dominar las posibilidades que se pueden tener en un proceso creativo. [En algunas conversaciones: Cuando relaté los pormenores de la realización de estos ejercicios, y con algunas palabras que me dijo mi interlocutor, me dí cuenta que en el fondo no me interesa hacer ejercicios de agrimensura. No quiero dimensionar con mi cuerpo (esa sería una propuesta) algún recorrido. Quizá me interesaba sólo pensar y tratar de asir mi territorio, como un primer paso para poder pensar en lo que pasa con el paisaje].

Ahora que escribo esto, ahora que estoy recopilando lo hecho, creo que no hay buenas intuiciones en lo que he presentado. Podría pensar en que momento se perdió el rumbo. Podría tratar de encontrar en punto de quiebre, pero no son muchas las herramientas que me permitan concretar ese punto. ¿En que momento la creación se desdibuja y se pierde en el infinito de las conjeturas? ¿Qué fue lo desafortunado? En algún momento pensé que la insistencia de buscar un “acontecimiento personal vivificador” que guíe e hinché el proceso de creación, me creo traumatismos que impidieron un proceso afortunado en la creación y presentación de ejercicios. No creo seguir esa forma de trabajo en mi proceso de creación; y mi terquedad me impide dejar de seguir el derrotero trazado cuando decidí proponer una trabajo de creación ligado con el paisaje. No lo entiendo, no me entiendo, no los entiendo. También me dí cuenta que soy como un investigador mañoso que tratá de corroborar con todo su trabajo, las ideas que desde un comienzo tiene sobre lo que va a hacer.1

Hay otro ejercicio que se encuentra un poco fuera de esta narración, aunque surgió del pensar en los recorridos, en el viaje. Encontré unas fotos que había realizado hace unos buenos años, en las que registraba un recorrido por algunos sitios de “turismo” en Bogotá. Actualicé las fotos. Volví a los lugares en los que me había sacados las fotos, y trate de reconstruirlas. Al cabo de un tiempo hice un video, pensando que era lo que me interesaba de las ciudades, y pensando en eso, recordé unas palabras que pronuncie justo antes de cambiar radicalmente el lugar de habitación, justo antes de venir a vivir en Bogotá. Las palabras se referían a algo que me gustaba de esa nueva ciudad: El aislamiento, la sensación de desconocimiento, de no ser reconocido, individualidad, de invisibilidad. El video, lo llamé Aparecer / Desaparecer. El personaje de las fotos se va perdiendo dentro de los espacios de la ciudad y estos van apareciendo.

Estado: Desahuciado
Ahora, que se viene de nuevo la temporada de estudios, el asunto urgente es proponer una línea de trabajo para retomar lo que se hizo en la temporada pasada y afrontar la nueva. Pero, de hecho, estoy en el punto de casi no retorno, y es que no puedo solucionar la parálisis. Puede ser que el punto de inicio sea la parálisis, iniciar como si casi fuera de cero (¡Ja!) y pensar únicamente en la creación, en el ejercicio formal que puede ayudar en el pensamiento y la configuración de un a propuesta de creación2. No todo esta perdido. Pienso en que hay que insistir, insistir en las ideas y en las búsquedas personales. Sólo concentrarme en el hacer.

1 Nunca tiene punto de quiebre. Y no es sólo este discente. Es un fenómeno que se replica en varios estamentos, personas e instituciones.
2 Idea un poco agresiva y atrevida. No creo que le funcioné a este discente. Hay que ser muy consciente de las palabras y del contexto en que se dicen.

Pereza

La verdad tengo mucha pereza. De sólo pensar en lo que tengo que hacer, en el tiempo y las energías invertidas en el estudio y el trabajo, me produce un escozor desmoralizante, que me hiela los huesos y me paraliza. La verdad sea dicha: Tengo mucha pereza, mucha pero mucha pereza. Quizá es como la canción: No quiero trabajar, no quiero ir a estudiar, sólo quiero tocar mi guitarra todo el día.

Escrito No. 12

Yo voy a Cine II

El Paso1
Todos detenidos en un solo momento. Las acciones suceden con el llamado “lenguaje no verbal”. No es mucho lo que pasa en El Paso, pero es mucho lo que pasa en El Paso. Sutiles miradas, movimientos se van entretejiendo la historia. Creo que en el fondo, la historia no importa mucho en esta obra. Creo que lo importante son los movimientos sutiles que cuentan todas las motivaciones, intenciones, sentimientos de los personajes. No recuerdo si la escenografía también responde a esta lógica. Pero puede ser Imagen-Tiempo. ¿Será?

Entendiendo
En una misma dimensión se encuentran dos posibilidades. Cuando se presenta una, se inhibe otra. Cuando se presenta la otra, se inhibe la primera. Digamos que en el cine siempre se encuentran éstas dos posibilidades: Mostrar imágenes, sonidos puros, y mostrar una historia. Algunas veces se privilegia el mostrar imágenes y sonidos puros. Otras veces se privilegia mostrar la historia. En el cine siempre encontraremos las dos. Algunas veces, algunas películas harán énfasis en algunas de estas dos posibilidades, por eso encontramos diferencias en las películas. Por eso, de pronto, aparece esa molesta definición de cine-arte, para referirse a las películas que privilegian el mostrar más imágenes puras. Pero todo, al final, termina siendo cine. Hasta las películas de tarde de domingo, que privilegian más el mostrar la historia. Personalmente, me atraen las películas…

Mostrar y ocultar2
Ahhh, que me pasa. No sé. Estoy tratando de pensar y de encontrarme. El punto no esta claro. Jacques Rancière me habla de la fábula contrariada. Yo no tengo la vida en rosa, pero puedo decir que tengo la vida en fábula. Recuerdo que siempre ando pensando en como es que se suceden las cosas. Puedo pensar y hacer relaciones a que la vida siempre es como una fabula. Ahora mas, cuando siempre se hace metáforas de la realidad de lo cotidiano con el cine. De cierto modo estamos teniendo una cotidianidad cinematográfica, y antes, una cotidianidad teatral. Estamos en paradoja cuando tratamos de mostrar la nuestra realidad como una realidad que se asemeja con la realidad de las cosas hacemos a diario. Yo, por ejemplo, me he encontrado con una buena toma, un buen encuadre, poética y nostálgica, que bien podría estar en una película de mi vida. Una toma que puede remitirme a los recuerdos que tengo de otra ciudad.

En eso ando
Hoy leí en voz alta. Un amigo escuchaba todo el prólogo del libro La fábula cinematográfica de Jacques Rancière. Nos detuvimos a hablar en la nota número 8 (página 21)3, en donde se hace una referencia al trabajo de Charles Chaplin. Es un poco contradictorio este asunto de las dos dimensiones que hablaba líneas arriba. Después de terminar la lectura, le comentaba que la construcción del personaje que hace Chaplin en sus películas, especialmente los gags, es una rompimiento con la continuidad de las acciones narradas, quizá, un poco con las imágenes puras de las que habla Deleuze. En esa conversación hablamos un poco de lo importante del teatro para el cine. Recordé la sesión de clase con Juan Carlos Arias, en la que se comentaba que el cine siempre esta en relación con otras disciplinas. Las primeras películas eran adaptaciones al lenguaje cinematográfico de obras de teatro o de obras de literatura. En eso seguí pensando en que quizá el videoarte es la única manifestación el lenguaje de cine que presenta las imágenes puras. Mi amigo habló un poco de la forma en como que se hace la narración en el cine. Pensó que en la película Irreversible4. Ante esa referencia manifesté que, la presentación de las acciones no hacia que se rompiera el esquema clásico de narración, un poco presentado en la tragedia griega.

Lo que no entendí (En un principio)
No comprendí mucho lo de fábula contrariada. El sentido de fábula, lo he entendido un poco como ese elemento de ficción, en el cual se relatan acontecimientos, situaciones, historias.

Una idea que gusto de la lectura, fue la que se refería al cine como secularización del arte5. En este punto es donde Rancière habla de la fábula contrariada.

Releyendo logré dilucidar que el cine, ha tenido siempre un lucha por ser “independiente”, referido a sí mismo, sin relación con otras artes, pero que no ha podido eliminar las relaciones que tiene con otras disciplinas. Pero para lograrlo, debe trabajar con los instrumentos con los cuales ha trabajo, para poder “construir dramaturgias6 que contraríen sus poderes naturales. De su naturaleza técnica a su vocación artística.”7 Creo que ésta naturaleza de fábula contrariada que propone Rancière para el cine, se encuentra en la paradoja del mostrar y ocultar, que como lo presenta Heidegger, en relación con la condición de verdad. Una cosa debe ocultar algo para mostrar otra cosa. Una película debe ocultar su parte técnica para mostrar la historia. Una película debe ocultar la historia para mostrar su parte técnica.

Lo que me pierdo
Algunas veces siento que me estoy perdiendo de algunas cosas. Lo dijo por las reflexiones presentas en el texto. La reflexión que hace Rancière sobre la figura del niño y del psicópata. La verdad, no tengo la experticia ni la imaginación para hablar sobre estas figuras y hacer la relación con la acción y la reacción, con lo visible y el movimiento. Aunque tengo la sospecha, de que en algunos momentos de lucidez extrema, se puede entender películas, siguiendo unas breves líneas teóricas, construidas por una buena conversación.

¿Y ahora qué?
Hacer cine. Sería una buena posibilidad. Pero al ser artista, creo que mejor hacer videoarte. Pero tengo un problema con eso: No me gusta el videoarte. Bueno, habrá que reconsiderar esos gustos y ver que es lo que no me gusta del videoarte (Me gustan los videos musicales, pero que días, viendo algunos mientras me tomaba unas cervezas, pensaba que estos videos musicales son 100% drama). Pero hasta con el mejor videoarte, se terminan contando historias. Creo que no habrá posibilidad de salirse del contar historias. El arte siempre lo ha hecho. La pregunta sería: ¿Cuál es su discurso?

_____

1 El Paso. La parábola del camino. Teatro La Candelaria. 1991.
2
3 RANCIÈRE, Jacques. La fábula cinematográfica. Reflexiones sobre la ficción en el cine. Paidós. 2005.
4 Irréversible. Gaspar Noé. Francia. 2002.
5 RANCIÈRE, Jacques. La fábula cinematográfica. Reflexiones sobre la ficción en el cine. Paidós. 2005. Pág. 20
6 Dramaturgia: Concepción escénica para la representación de un texto dramático. Fuente: Diccionario RAE
7 RANCIÈRE, Jacques. La fábula cinematográfica. Reflexiones sobre la ficción en el cine. Paidós. 2005. Pág. 20

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7…

En eso estoy. Desde que llegué con un sueño de los demonios, no he dejado de pensar…en ¡NÚMEROS! Bueno, de tratar de organizar un poco todo este embrollo que tengo. Lo primero que pienso es en los números. Del uno al nueve mas dos figuras que mucho tiempo después supe que eran: número y asterisco. Lo mas raro es cuando se les da por dar un número con letras. Al principio no sabia como se hacia. No lo supe por un montón de tiempo. Ahora ya se como se hace (Para eso son las letras que están encima de cada número), pero no lo hecho. Marque: (1) (8000) ARTISTA. Líneas de servicio gratuito. Esa forma de dar los números solo la he visto por los canales extranjeros, principalmente los estadounidenses (creo que ellos también pueden sacar las placas de los carros personalizadas). Por estas tierras nunca he visto que un número lo den así. (Me gustaría tener un número de esos, solo que para dar malos consejos).

El primer aparato que tuve, así, por pura goma, fue por los finales del 2003. El primer aparato comprado, vale hacer la aclaración. Porque el primero primero fue uno que llegó de casualidad a la casa, estuvo dando vueltas un buen rato, hasta que lo tome y lo active. Bellsouth. Esa era la compañía que lo activo y me dio mi primer numero. (Bueno, tampoco es el primer número que me daban. Antes me habían dado un número que me identificaba como… a ver… como cuasi ciudadano – tarjeta de identidad se llamaba –, después la cedula de ciudadanía y los códigos universitarios). Era mi primer número, al cual con solo marcarlo, se tenia contacto directo conmigo. Y lo mejor: cobraban por segundos. Ese aparato duró como unos seis meses, hasta que cayo el ladrón en mi casa y se lo llevó junto con una cámara, un reloj y mis documentos, que afortunadamente no se fueron con el ladrón. Ese primer aparato, marca Nokia, me acompaño durante un buen tiempo, y me dieron, entonces, mi segundo número, que hasta hoy me acompaña (Salvado por cuatro cambio de aparato: dos por goma y uno por robo) y que utilizo para ser contactado por mi gran familia. 1

Al principio todos en mi familia me veían como raro. Que para que sirve eso, que que mamera eso de que lo encuentren a cada rato, que mira como eso le calienta el cerebro y los oídos, que hay estudios que eso es dañino, que mira que como usted es de gomelo. Hice caso omiso a todos esos comentarios y siempre salía feliz, cargando el aparato, que bien voluminoso que sí era. (Ahora los hacen mas pequeños). Me gustaba eso de andar por ahí, en cualquier momento y lugar, y hacer la llamada, cualquier llamada. Eso si es privilegio, eso si es progreso, eso si es tecnología. Que elegancia caminar orondo, charlando de lo mas entretenido, sin tener que estar pegado a un cable, a una casa. Ya lo dije, que modernidad son estos aparatos. No paso mucho tiempo para que uno a uno, se fueran cayendo todos los comentarios me hicieron, y todos en mi familia pasaran a tener un celular 2. Tanto así, que de los cinco integrantes de mi familia nuclear, y los siete de mi familia nuclear adoptiva, tienen celular.

Cuando compre el mío, lo hice para estar en contacto. (Ellos dijeron lo mismo). Como andaba en los estudios desde hace un montón de tiempo, nos dio por pensar que así dizque salia mas barato, pues como la promoción del OLA, para agarrar usuarios, fue la de llamadas a 30 pesos por 3 años. Todo eso para los pioneros, como yo. Y si lo era. Así que después de eso, nos la pasábamos hablando como loros mojados, con todos en mi familia, que como le fue en la universidad, que qué fue lo que hizo hoy, que como es que le esta yendo. Hablando 10, 20, 30 minutos, casi una hora. Con eso adiós a los mensajes que ponían en los teléfonos fijos: Dos minutos es normal. Tres minutos es pasable. Cuatro minutos es fastidioso. Cinco minutos es abuso… Cuarenta minutos: causa de fusilamiento. Ahora, las épocas son otras. Ya se acabaron las promociones, y hay que volver de nuevo al recordatorio: Dos minutos es normal. Tres minutos es pasable. Cuatro minutos es fastidioso. Cinco minutos es abuso… Cuarenta minutos: causa de fusilamiento. Pero ahora lo único que se fusila es el bolsillo, con esas tarifas tan… tan… pero tan costosas, por un minutico hablado.

En estos días llego el celular que hace de todo. Ahora suelen vender celular que hacen de todo. Por eso la publicidad esa del chip, de dice que todo esta en el chip. Pero el mas maravilloso es ese que hace Apple. El iPhone. El de moda. El que es iPod y teléfono móvil. El que se utiliza con la punta de los dedos, que se conecta a la Internet, que pone música, que tiene calculadora, agenda, toma fotos, salta, grita, baila, tiene espada láser y lo más importante: llama. Yo prefiero los que se puedan abrir, me parecen mas chic. Y el mio tiene lo mas importante: el teclado con los números, la tecla de borrar, la tecla de llamar, la tecla de no llamar, por ahí si una agenda, un aplicativo para los que tenemos la memoria perdida, especialmente para los aniversarios, y otras bobaditas, como altavoz, calculadora (para los que somos unos troncos para la matemática3), reloj, calendario. Eso sí, cada modelo se ponen y le quitan, pero lo mas importante es que ese bendito aparato no cambiará en mucho tiempo, pues a las personas les gusta tener algo en las manos para hablar. No es si no ver a los que hablan con los manos-libres para pensar que están locos por hablar solos. Pero si creemos en las películas de ficción, algún día tendremos celulares como los de la película Minority Report.

Hasta aquí llego yo. El sueño no deja avanzar mucho que digamos y como que ya va siendo hora que irse a cepillar los dientes y para la camita4. Me voy no sin antes hacer una llamadita para coordinar los asuntos de mañana: que la impresión del informe para el jefe, que la cita de la tarde con el abogado, que la compra de los pasajes para la salida de la otra semana, que el cuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu…

1. Me esta creciendo la panza. Esto de la vida sedentaria y de la comodidad de los aparatos, como que no ayuda mucho a eso que llaman “conservar la línea”. Ayer vi una foto mía de hace unos siete años. Vi cuan flaco estaba en ese entonces. ¿O será los treinta?
2. ¿Carcelario, penitenciario, incomunicado? ¿Perteneciente o relativo a las células? ¿Teléfono móvil?
3. ¿Uno más uno?
4. ¡Buenas noches! ¡Buenas noches! ¡Buenas nooooooooooooocheeeeeeeeeeeeeeeeeeeeesss!

Escrito No. 6

Ahora vamos a estar trabajando con un nuevo autor. En esta oportunidad es Martin Heiddegger con su texto El origen de la obra de arte.

¿Cual es el origen de la obra de arte? Esa es la pregunta que intenta responder Heidegger en su texto. Y para ello, hace un recorrido por diferentes palabras, acepciones y definiciones que le permitan indagar sobre
el particular y poder dar una respuesta mas adecuada. Poniendo en duda cada una de las definiciones comunes a los términos, Heidegger en su artículo El origen de la obra de arte, se pregunta por la cosa. No es una pregunta con una respuesta fácil. Recuerdo una vez una discusión familiar en la que se intento hacer un definición de esta palabra, solo para dirimir una objeción sobre el lugar que le correspondía en el juego de escribir palabras que inicien con alguna letra propuesta por un jugador. ¿Qué es una cosa? Puede ser una referencia a lo inanimado, a lo que no se mueve, en donde estarían algunos objetos pero no otros. Objetos que se puedan utilizar, que tengan una utilidad. Los hombres, por lo general no clasificarían dentro de las cosas. Los animales, al igual que las plantas, tampoco estarían dentro de las cosas. Las cosas se relacionan con aquello a lo cual, generalmente, se le aplica o tiene una utilidad (que Heidegger define como fiabilidad), y que siempre esta referida a la materia. Por tener alguna materia, la obra de arte también tiene algo de cosa. Lo fiable de la cosa, del utensilio, es la posibilidad de usarlo y que me permita tener o construir una relación con el mundo. El utensilio crea el mundo, porque por intermedio de él, puedo tener un punto de conexión con los objetos y darle un sentido. Es darle orden a un caos. “Con su fiabilidad, el utensilio le proporciona a este mundo una necesidad y proximidad propias”1

Con el uso de los utensilios, estos pueden desgastarse, desaparecer. Pierden su materia. En la obra de arte, aunque se use la materia, esta no desaparece sino que se resalta. En la escultura se resaltaría la condición de piedra de la piedra. Igual en la pintura, se resaltaría la condición de pigmento del pigmento. Como en la obra de arte no desaparece la materia, se puede pensar que la obra de arte tiene un mecanismo que ayuda, por medio de la materia, a encontrar un respuesta a lo que es cosa de la cosa, o lo que es utensilio del utensilio. Para Heiddeger, lo que se encuentra en la obra de arte, cuando no desaparece la materia, es la verdad. Verdad, que tiene como significado común la “concordancia del conocimiento con la cosa”2. Cuando la obra de arte encuentra la verdad en el utensilio, en la cosa, porque se dedica a pensar en ella, porque la observa, porque se detiene en ella, de cierta forma esta encontrando algo de la esencia de la cosa, quizás su ser, o lo que la define, lo que le da significado. El ser-obra de la obra es encontrar esta esencia, lo verdadero, lo autentico que nos hace decir que una cosa es esa cosa.

Desocultar la forma. Alguna vez me hicieron esa afirmación. Yo pensaba en como se podría encontrar o como se podría solucionar esa frase. Es una afirmación que contiene mucho poder, y que insta al arte a encontrar un significado ulterior con sus procesos. Es quiza una afirmación que busca hallar o proponer un sentido de lo divino en el arte. Un fin posterior, que quiza le inyecte aura, sentido, significado a los procesos del arte. Hallar lo que no puede ser visto. Encontrar la esencia del ser. Ir hasta las ultimas consecuencias.

Pero creo también, que hay alguna otra posibilidad de encontrar respuestas, sin quitarle o sin buscar en lo micro una respuesta al sentido de las cosas. Es quizá, no desaparecer las ideas para ver si cuando ellas desaparecen encuentro un algo en su desaparición. Reducción como método deductivo de pensamiento.

10 años en D. C.

En eso ando. Pues el asunto es que como salí de un lado para otro, hace 10 años estoy caminando, recorriendo y disfrutando la ciudad de Bogotá. Llegué para lo del estudio de las Artes Plásticas en las Universidad Nacional de Colombia, y me he quedado. Ahora no pienso en cambiar de ciudad (Estaré en la Maestría en Artes Plásticas, también de la Universidad Nacional de Colombia), pero de aquí a poco, me gustaría andar recorriendo con mi percepción otro maravilloso espacio urbano… o rural. Nunca se sabe.

Premio Botero 2008

Y empezó el Premio Botero 2008 y no fui a la inauguración (No conseguí boleta e igual me embolaté y me dio pereza) [Que conste: No me pierdo inauguración alguna]. No fui al ver el Premio, pero si leí la entrevista que le hicieron a Fernando Botero, en la que hablaba sobre el Premio que lleva su nombre. ¿Pero iré a ver la exposición? La verdad, no lo sé. Tendré que hacer un esfuerzo (Generalmente, si no voy a inauguración, después no veo nada). Pero con lo que dijo Botero en la entrevista (que según parece se volvió el discurso público), que “No ha visto ni una que me le guste”, como que no (y a la ves sí) me dan ganas de ir a ver la expo. Pero, como me dijo L, (que sí estuvo en la inauguración y es una de las participantes del Premio), eso que estar diciendo que lo que está en la expo no gusta, no es bueno. ¿Que motivación queda? Pues, la verdad, no se cual. Habrá que ver cual es la diferencia entre lo que está en la expo y la idea de arte que tiene Fernando Botero. (Pues de … ni hablar).